Para la creación de esta base de datos de ADN es clave la donación de muestras de los progenitores que, en la actualidad, es escasa
José Pestano, director del Laboratorio de Genética del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Las Palmas (IMLCF), ha confirmado la fecha estimada para la finalización de la normativa que creará la base de datos genética canaria, «que estará a principios del próximo año».
El genetista forma parte de la Comisión Técnica de Memoria Histórica del Gobierno de Canarias que aprobó, el pasado 12 de marzo, la estrategia regional «que garantiza el reconocimiento y la reparación de las víctimas canarias de la guerra civil y la dictadura franquista».
El colectivo Sin Identidad, que lucha por la identificación de los niños robados, ha denunciado que aún no se han aplicado los puntos establecidos por la ley autonómica de menores robados aprobada hace cuatro años, entre los que está la creación de una base de ADN.
José Pestano entiende «la prisa», pero asegura que procesos como la creación de un banco de ADN llevan su tiempo y «deben hacerse bien». Recalca que «de nada sirve hacer los cotejos ya, si tampoco tenemos un número sustancial de muestras recogidas».
Contenido de la norma
El camino a seguir por la comisión pasa por un desarrollo normativo que incluye cómo se va a acceder, cómo se van a tomar las muestras, qué perfiles genéticos se sacarán, cuando se enviarán y recibirán perfiles genéticos a nivel nacional y quién tendrá acceso a ellos.
También se necesitará situar la base de datos en un punto físico y Pestano asegura que aún se desconoce cuál será, si el Instituto de Medicina Legal de Las Palmas o en el de Santa Cruz de Tenerife.
«A nivel nacional, el Instituto Nacional de Toxicología ha tomado la iniciativa de crear el banco de ADN para niños robados», al igual que ocurre con los desaparecidos de la Guerra Civil, en donde Pestano forma parte de la comisión técnica nacional, «que ya elabora el proceso administrativo».
Hasta ahora, el trabajo de José Pestano en laboratorio ha sido «particular y voluntario», lo que significa que los resultados no están en manos de nadie sino de él mismo, pero asegura que la Administración incluirá sus resultados desde que se habilite el banco de ADN.
La labor del genetista ha estado dividida entre los represaliados del franquismo, de los que José Pestano tiene los perfiles genéticos de todos los cuerpos encontrados en Canarias; y los niños robados, «cuyas muestras no llegan a diez personas«.
Escaso volumen de pruebas
Entre el escaso volumen de pruebas en el estudio de bebés robados y la falta de familiares para contrastar con los represaliados encontrados, Pestano concluye que «ha habido falta de publicidad e información sobre la existencia de estos procesos particulares».
El director del Laboratorio de Genética del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas reconoce que las asociaciones de Memoria Histórica saben de su existencia, pero es consciente de que «hay mucha gente fuera de ellas” que no tiene información.
Es un hecho para el investigador que este tipo de estudios «se mueven a otro nivel diferente al universitario», dado que surgen de intenciones particulares y, a pesar de «ver en la Consejería de Justicia buenas intenciones», hasta ahora, no ha sido un proceso institucional.
José Pestano defiende que «es necesario hacer llamamientos desde ya«, con el objetivo de informar a los ciudadanos «de la inminente» creación de esta base de datos institucional y, una vez se avise, se hagan la prueba.
Proceso de recolección de perfiles genéticos
El proceso de recolección de perfiles genéticos consiste en la toma de una muestra bucal, conservada a temperatura ambiente, y envuelta en unos sobres especiales que, afirma el genetista, «la protegen durante 20 o 30 años«.
Uno de los avances en este procedimiento es «el abaratamiento» de las técnicas, además de la eficacia conseguida con ellas. José Pestano celebra haber «dejado atrás el uso de congeladores, que con un corte de luz, ocasiona daños en muchas muestras».
En el caso de los niños robados, el genetista ve clave «la donación de muestras» de madres o de hijos robados, al tiempo que no cree factible un cribado poblacional por el coste que supondría.
El proceso de análisis no ha sido «tan sencillo» en el caso de los represaliados del franquismo, en donde los huesos están, pero muchos familiares han muerto.
Pestano aclara que, a pesar de los avances en ADN nuclear, que supone ampliar el estudio genético más allá del linaje materno que proporciona el ADN mitocondrial, «sigue siendo difícil un estudio genético con saltos generacionales muy grandes», como la comparación del ADN de un sobrino frente a su tío represaliado.
Sin embargo, el genetista anuncia que, próximamente, su laboratorio contará con técnicas de secuenciación masiva, unas herramientas que servirán para analizar individuos de una misma familia, de forma más amplia, para establecer la identificación deseada.