El Cabildo de Gran Canaria comenzará a limpiar los «neveros» de la Cumbre

Los neveros eran gigantescos pozos donde se almacenaban bloques de hielo antes de la invención de la nevera, muy importantes en la Gran Canaria del siglo XVII

El Cabildo de Gran Canaria ha limpiado los neveros: pozos de las nieves de la Cumbe de Gran Canaria. Se trata de unos hoyos que se usaron durante dos siglos para almacenar la nieve y así abastecer de hielo a la capital. Nos hemos querido acercar a su historia a través de la persona que los descubrió: el historiador Salvador Miranda.

Miranda pasó años indagando en los archivos y recorriéndose la Cumbre de Gran Canaria en busca de los pozos de nieve, que acabó hallando enterrados en el año 2000. Unos pequeños trozos de teja que encontró le guiaron hacia estas estructuras fundamentales en la Gran Canaria de finales del siglo XVII, que construyeron los canónigos.

La nieve no se almacenaba tal y como caía, sino que se compactaba. Los pisoneros, vecinos de la zona, trabajaban durante cinco días en las grandes nevadas y se sabe incluso que comían pescado salado y queso duro; y bebían vino con aguardiente para soportar las bajas temperaturas. Los bloques de hielo se depositaban en los pozos, entre capa y capa de paja, donde podían durar hasta tres años.

Una parte se vendía a las clases pudiente por su alto precio. Otra, se usaba en el Hospital San San Martín como anestésico. Según Salvador Miranda, este sistema duró hasta 1901, cuando los ingleses construyeron la primera fábrica artificial en Vegueta para el suministro de los navíos, que a su vez quedo obsoleta con la llegada de las neveras domésticas.

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