Durante años se creyó que los huevos fósiles del norte de Lanzarote eran de avestruz. Una nueva investigación demuestra que eran de aves elefante, una especie de ave extinta que no podía volar
En 2019, un hallazgo en el norte de Lanzarote despertó la atención de la comunidad científica: ocho huevos fosilizados de gran tamaño. Durante años se pensó que pertenecían a avestruces, pero las últimas investigaciones han desmontado esa hipótesis. Los restos, con más de cuatro millones de años, corresponden en realidad a las misteriosas aves elefante, gigantes incapaces de volar que hoy están extinguidas.
La conclusión plantea un enigma apasionante: ¿cómo llegaron a Canarias estas aves, si no podían volar? La única explicación es que cruzaron el mar nadando. Los expertos recuerdan que otras ratites, como los avestruces o los emúes, son capaces de hacerlo con facilidad, lo que refuerza la hipótesis de un viaje marítimo.
El descubrimiento cuestiona además una de las creencias más firmes de la paleontología: que las aves elefante habían vivido solo en Madagascar. La presencia de sus huevos en Lanzarote obliga a reconsiderar su distribución geográfica y a replantear cómo se expandieron antes de desaparecer.
Las dataciones también han sido ajustadas. Si en un primer momento se hablaba de seis millones de años, las nuevas pruebas reducen la cifra a cuatro millones exactos, aportando una cronología más precisa.
Este hallazgo no solo reescribe parte de la historia natural de Canarias, sino que sitúa a Lanzarote en el centro del debate internacional sobre la evolución y desaparición de estas aves gigantes.