La apertura del puerto de Ashdod y el paso de Erez está destinada a aumentar el flujo de ayuda humanitaria en el norte de la Franja de Gaza
El gabinete de guerra de Israel ha aprobado este jueves la apertura del puerto de Ashdod y del paso de Erez, en el norte de la Franja de Gaza como medida destinada a aumentar el flujo de ayuda humanitaria, anuncio que se ha producido tan solo unas horas después de que Estados Unidos advirtiese con un cambio en su política de no ver «los cambios que necesita» la situación en el enclave palestino.
La oficina del primer ministro de Israel ha comunicado que también se aumentará la cantidad de asistencia que llega desde Jordania hacia el paso de Kerem Shalom, en el sur, según ha publicado el diario ‘The Times of Israel’.
«El aumento de la ayuda evitará una crisis humanitaria (…) y es fundamental para garantizar la continuación de los combates y alcanzar los objetivos de la guerra», reza el comunicado.
Por su parte, el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, ha criticado el anuncio de la oficina, asegurando que no se ha aprobado por votación debido a que tanto él como otros miembros radicales del Gobierno se habían opuesto.
De hecho, Ben Gvir defiende la postura de paralizar los permisos para la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, además de apoyar los polémicos planes de invasión terrestres de la ciudad de Rafá, en el sur del enclave, y que sirve de refugio para 1,5 millones de palestinos.
Insistencia de Estados Unidos
Tanto el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, como el secretario del Departamento de Estado, Antony Blinken, han instado a Israel a tomar medidas «específicas, concretas y mensurables» para «abordar los daños civiles, el sufrimiento humanitario y la seguridad de los trabajadores humanitarios».
El Ejército de Israel lanzó una ofensiva sobre la Franja de Gaza a raíz de los ataques del 7 de octubre por parte del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), que dejaron 1.200 muertos y 240 rehenes, de los que ya han sido liberados un centenar.
Desde entonces, las autoridades palestinas han denunciado una grave crisis humanitaria y notificado la muerte de más de 33.000 personas, a las que se suman en torno a 440 fallecidos en Cisjordania y Jerusalén Este por las acciones de las fuerzas de seguridad y de colonos israelíes.