Desde el borde del cráter ha vuelto a confiar en que su sueño, la conservación del entorno, sea una realidad
Fue, durante décadas, la persona más popular del entorno. Muchos grancanarios se han referido a él, en sus visitas a Bandama, como aquel señor que cultivaba en las entrañas del paraje.
Un vergel de tubérculos y frutales que hoy día recuerda con nostalgia. Agustinito mantenía el sendero en condiciones y era una ayuda para turistas y lugareños en sus excursiones.
A todos dejaba boquiabiertos con su soltura para subir y bajar una ruta complicada. Este viernes ha recibido el reconocimiento del Cabildo con una placa y otro bello gesto: el camino que baja a la Caldera lleva ya su nombre.