Tras un año de pandemia, confinamiento, incertidumbre y miedo al contagio, nuestro animo se puede resentir hasta el punto de caer en ansiedad o que aflore la depresión. El síndrome tiene ya un nombre: fatiga pandémica.
Tras un año de pandemia, confinamiento, incertidumbre y miedo al contagio, nuestro animo se puede resentir hasta el punto de caer en ansiedad o que aflore la depresión. El síndrome tiene ya un nombre: fatiga pandémica.