Analizar zonas permitidas o no al baño o detectar subidas bruscas de la marea son algunos de los usos de la inteligencia artificial con cámaras instaladas en el sur de Gran Canaria
Informa:Beatriz G. Cabrera/ Rafael Marrero
La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria estudia cómo conseguir mayor seguridad para el visitante a través de la inteligencia artificial con cámaras.
Para ello, un grupo de investigadores analiza a diario miles de imágenes que llegan de las cámaras instaladas en varias zonas turísticas del sur de Gran Canaria. Pueden hacerlo incluso en tiempo real a través del deep learning o aprendizaje automático.
El profesor del Departamento de Informática y Sistemas de la ULPGC, Nelson Monzón, explica que se pueden analizar zonas del agua donde no debería haber embarcaciones. También aquellas otras donde puede o no haber bañistas. «Por ejemplo -señala Monzón-, en el entorno del Anfi del Mar está el pequeño muelle deportivo. Ahí no debería haber bañistas. Si los detectamos, podemos avisar al hotel». Estos expertos también han podido controlar el número de bañistas en tiempos de pandemia.
Pero más allá del turismo, la inteligencia artificial con cámaras puede detectar subidas bruscas de la marea, que pueden producirse con maremotos, por ejemplo, para crear alertas automáticas. También movimientos de arena o acumulación de sedimentos bajo el mar.
«Podemos analizar si se producen depósitos de arena a medida que sube y baja la marea. A largo plazo, esto nos permite analizar también el efecto que va teniendo sobre la costa», dice Monzón.
Esta técnica es fundamental para adelantarse a los efectos del cambio climático. Creen que esta tecnología ayudará a preservar playas como la de Las Canteras, en la capital grancanaria.
