La mortalidad por COVID-19 en Canarias se ha disparado en esta sexta ola de la pandemia, la mayoría personar con patologías y sin vacunación
Canarias bate máximos históricos no solo en su propio registro de mortalidad por COVID-19 sino que, además, supera al resto de comunidades autónomas del Estado. La mayoría de las personas fallecidas padecían patologías crónicas y no estaban vacunadas.
Obesidad, hipertensión, cardiopatías, enfermedades renales e incluso todas a la vez, dibujan el perfil de las personas que están falleciendo tras ingresar por COVID-19. A todas estas patologías se suma la no vacunación de buena parte de los fallecidos.
La duda es si vacunarse hubiera alargado su vida al margen de sus patologías previas y más allá de los 66 años de media con la que se están produciendo esas muertes. En lo que sí coinciden los facultativos es en que la COVID no es ahora más mortífera.
Cuando se produce la defunción de personas enfermas por la COVID-19 y que padecían enfermedades crónicas, el protocolo marca un procedimiento claro en Canarias.
Ingresos hospitalarios
El número de personas que ingresan en los hospitales no ha parado de crecer en este mes de enero. El pasado día 3 ingresaron 527 y este miércoles el número de ingresados llegó a los 981, es decir, casi el doble.
Las personas en cuidados intensivos hace varios días superó el centenar de pacientes, la ocupación es de un 23% en el archipiélago.
La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias notificaba este miércoles el fallecimiento de once personas, con edades comprendidas entre los 64 y los 99 años. Del total de fallecidos, seis se contabilizaron en la isla de Gran Canaria, tres en Tenerife, uno en Fuerteventura y otro en Lanzarote. Todas las personas fallecidas estaban en ingreso hospitalario y tenían patologías previas severas.