Según un estudio de ISGlobal los menores que viven en ciudades con más verde son menos sedentarios
Los menores que viven en ciudades con más verde se muestran menos sedentarios, van más al colegio a pie o en bicicleta y duermen más, según un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
Así, los entornos urbanos con más espacios verdes, menor densidad de población y que no están atravesados por carreteras se asocian a mejores comportamientos de salud en la infancia. Estas son algunas conclusiones del estudio, que da un paso adelante respecto a la evidencia científica disponible hasta el momento.
La diferencia con respecto a estudios anteriores radica en la atención al menor. Responde a la necesidad de saber si un cambio en el diseño urbano puede ser beneficioso para promover un estilo de vida más saludable. «Nuestros datos refuerzan la necesidad de dar prioridad al diseño urbano para mejorar los comportamientos que promueven la salud de niños y niñas», ha remarcado Martine Vrijheid, jefa del programa de Infancia y Medio Ambiente del ISGlobal.
Cuanto más espacios verdes, más transporte activo
Para realizar el estudio los investigadores estimaron la exposición a 32 aspectos del entorno de los domicilios particulares y escuelas. Entre ellos destacan la densidad del tráfico en la carretera más cercana o la presencia de espacios verdes o azules (ríos, playas, etc.).
A su vez, recogieron información sobre los hábitos saludables de la población infantil estudiada. Incluían la cantidad de actividad física general que llevaban a cabo, así como las conductas sedentarias y el horario de sueño.
El estudio encontró que allá donde los niños disponían de más espacios verdes crecía el transporte activo, mientras que las horas de sedentarismo se reducían. Reveló también que la presencia de una carretera principal se asociaba con una menor duración del sueño.
Necesidad de dar prioridad al diseño urbano
Según Vrihjeid, «las intervenciones de salud pública tienden a centrarse en influir en los comportamientos individuales en lugar de abordar determinantes más amplios del sistema que impulsan estos comportamientos y amplían las desigualdades en materia de salud».
«Nuestros datos refuerzan la necesidad de dar prioridad al diseño urbano para mejorar los comportamientos que promueven la salud en los menores», ha remarcado la investigadora. Al mismo tiempo, insta a la administración a aumentar la vegetación en las calles y en los espacios verdes.