En Canarias hay 318.000 mayores que tienen que hacer frente a la digitalización de los bancos, para la que necesitan ayuda. Por eso demandan que prevalezca el trato presencial
Hace aproximadamente un mes, Carlos San Juan de Laorden, de 78 años, impulsó una petición en la plataforma Change.org pidiendo un trato más humano a las personas mayores en las entidades bancarias.
A partir de ahí, el Gobierno ha exigido a los bancos medidas para evitar la exclusión de los mayores ante la imparable digitalización de todas las operaciones
14 de cada 100 canarios son mayores, en total, 318.000 en Canarias. Todos se enfrentan a la digitalización de los bancos. La mayoría de ellos necesitan ayuda a la hora de disponer de efectivo en el cajero, que se ha convertido en la única opción para sacar dinero. También buscan ayuda para realizar cualquier otra operación.
Hay empleados de banca que sí acompañan a los más inexpertos a los cajeros. Sin embargo, la cada vez mayor falta de atención personalizada en las sucursales bancarias hace que muchos de estos mayores tengan que recurrir a familiares o amigos cada vez que acuden al banco.
Discriminación y exclusión a los mayores
Ellos siguen prefiriendo el trato de antes. «Estaban acostumbrados a sus cartillas, a que el personal les atendiera presencial y personalmente y, además, les llamara por su nombre», dice Adelina Jaén, secretaria general de la Federación de Pensionistas y Jubilados de CCOO Canarias.
Adelina asegura que antes el trato era «muy humano», y sin embargo ahora los mayores «se ven con un muro». «Eso para mí es discriminación a los mayores«, asevera.
Con todo, el Gobierno ha exigido medidas bancarias para evitar la exclusión. Las entidades financieras buscan ya soluciones.
