La desocupación tuvo lugar sin enfrentamientos después de que en la noche del domingo el Ejército no permitiera la entrada de la Policía
La autoridades policiales de Brasil han terminado este lunes de levantar definitivamente el último reducto del campamento levantado hace poco más de dos meses por los seguidores del expresidente Jair Bolsonaro a la puertas del cuartel general del Ejército en Brasilia, con la última detención de 1.200 personas.
Eso después de que este domingo cientos de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro asaltaran las sedes del Congreso y el Supremo, además del palacio presidencial.
La desocupación ha tenido lugar sin enfrentamientos, aunque se han registrado algunas detenciones, una vez la mayoría de quienes habían estado acampados optaron por salir antes del último aviso de las autoridades lideradas por los ministros de Defensa, José Múcio, y de la Casa Civil, Rui Costa, cuentan medios brasileños.
El Gobierno de Brasilia ha fletado cerca de 40 autobuses para sacar a unos 1.200 rezagados que permanecían todavía en el campamento y ser trasladados a dependencias de la Policía Federal, donde serán interrogados.
El magistrado Alexandre de Moraes ha recalcado así la importancia de que estos campamentos sean completamente desmantelados. Eso, a medida que la Policía arresta a «todos aquellos manifestantes que aún queden en las calles».
«Nada justifica la existencia de campamentos de terroristas»
En una nueva orden judicial, Moraes ha expresado que «nada justifica la existencia de campamentos de terroristas, financiados con la complacencia de autoridades civiles y militares de forma totalmente subversiva y sin respeto alguno hacia la Constitución».
Moraes ha alertado, además, de que los comandantes y altos cargos de las Fuerzas Armadas, la Policía y el Ministerio de Defensa se llevarán ante la Justicia en caso de que estos campamentos sigan existiendo.
Junto a las 1.200 personas, otras 300 fueron detenidas durante los asaltos, de las cuales poco más de 200 permanecen en prisión. La Policía ha informado que se han identificado al menos una quincena de delitos relacionados con lo ocurrido el domingo en la plaza de los Tres Poderes. Entre ellos están los de golpe de Estado, lesiones, desórdenes públicos, destrozos de bienes del Estado, posesión de armas y robo.
Celina Leão quien asumirá el liderazgo de la capital
El asalto a las citadas instituciones brasileñas se ha producido tras meses de acampada por parte de seguidores de Bolsonaro en la capital, Brasilia. Todo ello después de que el expresidente perdiera las elecciones presidenciales de octubre frente a Luiz Inácio Lula da Silva.
A lo largo de la mañana de este lunes, los agentes iniciaron el desmantelamiento del campamento después de que en la noche del domingo el Ejército no permitiera la entrada de la Policía. Según fuentes del Gobierno a las que tuvo acceso el diario ‘O Globo’ la negativa podría estar motivada porque muchos de los acampados eran familiares y conocidos de los militares.
En sustitución de Rocha, será la vicegobernadora Celina Leão quien asumirá el liderazgo de la capital, sobre la que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva decretó la intervención federal para asumir la competencias de seguridad.