Robert Fico se ha sometido a una operación de cinco horas que ha llevado a cabo dos equipos diferentes tras el tiroteo de este miércoles
El primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, continúa este jueves «estable, pero grave» tras ser tiroteado el miércoles a la salida de una reunión oficial en la localidad de Handlova, según ha informado este jueves el ministro de Defensa eslovaco, Robert Kalinak.
«En estos momentos se están llevando a cabo nuevas acciones para mejorar su estado», ha dicho Kalinak, en unas declaraciones concedidas a la prensa desde un hospital de la localidad de Banská Bystrica, según ha recogido el diario eslovaco ‘Dennik’.
Asimismo, la directora del hospital, Miriam Lapuníková, ha resaltado que Fico sufrió múltiples heridas y ha detallado que estuvo en la sala de operaciones durante unas cinco horas. Así, ha recalcado que dos equipos diferentes han operado al primer ministro.
Las palabras de Kalinak llegan horas después de que el ministro de Medio Ambiente, Tomas Taraba, asegurara en declaraciones a la cadena de televisión británica BBC que la vida de Fico no corre peligro. Por su parte, el Gobierno eslovaco ha anunciado que el Consejo de Seguridad celebrará una reunión a las 11.00 horas para abordar la situación.
Cercano a las posiciones del Kremlin
Un helicóptero trasladó al primer ministro, cercano a las posiciones del Kremlin, desde la ciudad de Handlova (centro) hasta el Hospital Roosevelt de Banská Bystrica tras el suceso. El atacante es Juraj Cintula, un escritor de 71 años miembro de la Asociación de Escritores Eslovacos y fundador de un grupo literario.
Las autoridades de Eslovaquia han imputado este jueves por intento de asesinato a Juraj Cintula. La Policía ha presentado cargos a primera hora del día contra el detenido, quien se expone a una pena de 25 años de cárcel. El hombre se encuentra en una celda en la cárcel de Nitra, según la cadena de televisión Markiza TV.
Fico juró a finales de octubre el cargo como primer ministro de Eslovaquia por cuarta ocasión tras su dimisión en 2018, cuando se produjeron una serie de protestas por el asesinato del periodista Jan Kuciak, que investigaba las actividades de la mafia italiana en el país. Su nombramiento estuvo rodeado de polémica y críticas por su postura prorrusa en plena invasión de Ucrania.