La Dirección General de Salud Pública comunica una serie de consejos para que los estudiantes se vayan adaptando al inicio del curso escolar

La Dirección General de Salud Pública pública una serie de recomendaciones para que los alumnos se vayan preparando para la vuelta al cole.
Los expertos aconsejan a las familias informar a los niños de los aspectos positivos del inicio de las clases. En este sentido, recomiendan hablarles del reencuentro con los compañeros, un cambio de etapa, o hacer nuevos amigos.
Consultar con un profesional
Al principio, es normal tener nervios e inquietudes ante cualquier situación nueva, presentar síntomas físicos de ansiedad, dolor de cabeza o de estómago. Aspectos, aseguran los expertos, que suelen presentarse ante cambios en las rutinas. En caso de ser preocupantes, piden a las familias recurrir a los profesionales sanitarios.
Dormir más de 8 horas

Los niños y niñas necesitan un descanso nocturno de entre 9 y 10 horas. El descanso es fundamental en cualquier etapa de la vida, pero aún lo es más en la infancia.
Se debe establecer una hora razonable para acostarse que garantice las horas de sueño recomendables.
Cuando el menor duerme poco tiempo o tiene un sueño interrumpido, las capacidades de aprendizaje, concentración y memoria se ven afectadas.
Alimentación
Un buen desayuno es imprescindible para empezar el día con más energía. El cansancio se mitiga con una alimentación adecuada. Por eso, la familia debe tratar de organizar el tiempo para que el niño y la niña puedan disfrutar de esta comida.
Se recomienda que el desayuno esté conformado por lácteos (leche, yogur no azucarado, queso), cereales integrales (gofio, pan, copos), frutos secos y fruta fresca.
La comida que los niños toman en el recreo de media mañana y en la merienda puede complementar a la alimentación del día y debe ser sana: un bocadillo, un vaso de leche o un yogur, o fruta. Este complemento es primordial sobre todo si hay deportes o actividades extraescolares.
Ejercicio físico
Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, OMS, los niños de entre cinco y diecisiete años deben realizar, al menos, sesenta minutos al día de actividad de intensidad moderada o vigorosa.
La actividad física regular ayuda a mantener un peso saludable, mejora la función cardiológica y metabólica y favorece la fuerza muscular y la masa ósea.
Además, los beneficios a nivel psicológico y social se asocian a un mejor rendimiento académico, más autoestima y una disminución del riesgo de ansiedad y depresión. La actividad física también ofrece oportunidades de socialización y de aprendizaje de habilidades.
Independientemente de la actividad física realizada, el comportamiento sedentario tiene que limitarse a menos de dos horas al día, como es ver la televisión, jugar con videoconsolas, usar ordenador, etc. Para los niños menores de cinco años, la recomendación se reduce a una hora diaria.
Peso en las mochilas
Para mantener una espalda saludable se recomienda que los niños no lleven más de diez o quince por ciento de su peso corporal dentro de las mochilas. Es decir, si el peso del escolar es de 40 kilos, la mochila no debe superar los cuatro o 4,5 kilos. Además, el peso tiene que estar bien distribuido sobre los hombros recomendándose que la mochila tenga dos cintas anchas y acolchadas. A la hora de llevarla hay que tener en cuenta que debe estar colocada a la altura de la zona lumbar o entre las caderas.
La postura del niño es fundamental a la hora de prevenir problemas de espalda; una mala postura continuada durante horas en los pupitres escolares puede provocar dolores cervicales y lumbares.
Las sillas deben ser regulables en altura y con un respaldo alto que permita el apoyo de la espalda. Los pies han de llegar al suelo, quedando las caderas y las rodillas a la misma altura. La mesa debe situarse lo más cerca posible, sin que se arquee la espalda sobre ella.
En cuanto al calzado, se recomienda que sea cómodo, siendo el cuero el material más adecuado. El zapato deberá tener puntera redondeada, así como ser fácil de poner y quitar. Debe quedar distancia entre la puntera del zapato y el dedo más largo.
Higiene
La higiene corporal debe ser diaria. Hay que prestar especial atención a los pliegues de la piel, axilas, genitales y, especialmente, a los pies, para evitar que se generen hongos.
Lavar la cabeza con champú suave y cepillar el pelo con frecuencia. Se recomienda, además, revisar el cabello del menor todas las semanas en periodo escolar, en especial la zona de la nuca y las orejas.
Es muy importante recordar que no deben emplearse lociones o champú para piojos de forma preventiva, ya que generan resistencias en los parásitos y pierden su eficacia, lo que obliga a utilizar en episodios de infestación posteriores otro tipo de productos antiparasitarios más agresivos y, por tanto, también más tóxicos para los menores.
Después de la ducha hay que secarse bien y revisar y cortar de vez en cuando las uñas de manos y pies. No olvidar secar bien los oídos, pero no usando bastoncillos.
Es recomendable que padres y madres conozcan la técnica del cepillado dental y así poder supervisar el cepillado de dientes de sus hijos. Este debe realizarse dos veces al día, salvo que por su circunstancia personal su dentista le recomiende una mayor frecuencia. Por la mañana y por la noche antes de acostarse durante dos minutos.
En cuanto al lavado de manos, este debe ser regular, particularmente antes y después de ciertas actividades, como antes de las comidas y después de ir al servicio. Es una de las mejores maneras de evitar enfermedades, eliminando microbios y previniendo transmitirlos a otras personas.