Los policías que detuvieron al acusado de matar a su expareja en plena calle en 2022 han afirmado en el juicio que «lo vieron consciente en todo momento»
Los policías que detuvieron al hombre acusado de matar a su expareja en julio de 2022 en el centro de Santa Cruz de Tenerife han declarado este martes que pese a que el procesado dijo que no se acordaba de lo que había hecho, ellos lo vieron consciente en todo momento.
Los agentes han declarado durante la segunda sesión del juicio con jurado que se celebra en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.
Han relatado que después de que el acusado presuntamente acuchillara a la joven y huyera en el coche de su madre, los agentes se personaron en la casa de ésta y desde ahí acudieron a la vivienda de su hijo, que estaba al lado.
El padre tuvo que abrir la puerta de la azotea a la fuerza porque estaba cerrada por dentro y allí se encontró con su hijo hecho un ovillo sobre un sofá y repitiendo continuamente: “¿Pero qué he hecho?”.
Poco antes de la llegada de la Policía, la madre recibió también un mensaje por el móvil en el que decía: “Se me fue la cabeza, me he desgraciado la vida, no me busques”.
Los policías han asegurado que en el momento de la detención mostró una actitud arrogante pero cuando supo que su expareja había fallecido en el hospital entonces cambió y fue más sumiso.
A la pregunta de si daba la impresión de haber tomado alguna sustancia o tener el síndrome de abstinencia, los agentes dijeron que probablemente, aunque en estas situaciones puede confundirse con el estrés.
Declaración de la madre del acusado
La madre del acusado aceptó declarar y entre lágrimas relató que el día anterior lo vio muy mal y de hecho cuando llegó por la noche a su casa en el coche, su hijo se obsesionó con que dentro del vehículo había dos hombres con máscaras.
Tras la ruptura con la víctima, los padres aseguran que estaba siempre acostado y deprimido, sospechaban que tomaba drogas e incluso cuando lo detuvieron recogieron una cierta cantidad que estaba en la casa por indicaciones de él mismo.
La madre relató que siempre estaba pidiendo dinero, que tuvieron que pagarle algunas deudas dado que lo amenazaban y perdía todos los trabajos porque se quedaba dormido.
También declararon testigos
Un exguardia civil retirado que vive enfrente de la casa donde se produjo el asesinato señala que salió a la ventana al oír los gritos de la mujer y vio cómo el acusado le daba continuas cuchilladas y la agarraba por el pie para que no saliera del portal.
Dado que por su anterior trabajo tenía experiencia en este tipo de situaciones, nada más bajar tapó la herida del cuello que parecía ser la más grave y comprobó que en general no se trataban de cortes sino de puñaladas, por lo que tuvo claro que “el ensañamiento fue brutal”.
Un hombre que estaba haciendo la compra en el hipermercado situado en el edificio de enfrente en el que la mujer trabajaba limpiando todos los días escuchó los gritos, grabó un video que fue exhibido en el juicio y acudió al Hospitalito situado a pocos metros para pedir ayuda.
Otro testigo más iba por la acera y le llamó la atención la actitud estática que tenía el hombre con la mirada fija en la puerta por la que sabía que a esa hora iba a salir la víctima, tras confirmarse sus sospechas llamó al 112.
Agresión en cuestión de segundos
Otro testigo más dijo que en esos momentos pasaba justo por ese punto cuando vio cómo se producía el ataque, a la chica tumbada en el suelo en un charco de sangre y pidiendo ayuda mientras que el acusado le decía que se alejara.
Cuando salió a la calle lo siguió a distancia y así observó cómo cogía un coche y pudo apuntar la matrícula, lo que fue básico a la hora de localizarlo y detenerlo poco después.
Una enfermera que estaba en el lugar vio cómo la mujer era apuñalada en cuestión de segundos mientras pedía ayuda y gritaba: “pero qué haces”.
Un detalle que le impresionó especialmente fue cómo después de clavarle el cuchillo en el cuello y por lo tanto causarle la herida más grave, el acusado sonrió.
A un guarda de seguridad de un centro comercial próximo también le llamó la atención la actitud del hombre pero pensó que era porque iba a robar y por eso estuvo vigilándolo durante un tiempo hasta que quince minutos después se produjo el ataque.
Menos la enfermera, todos reconocieron al acusado, aunque en aquella época estaba más delgado.
Declaró también el amigo de la víctima con el que se sacó una foto que envió a su expareja y que fue la que desencadenó los celos que le llevaron a cometer el asesinato.
Estaban en la playa y la joven se dio cuenta de que el procesado intentaba contactar con ella por medio de un perfil falso, por lo que le mandó la imagen con la frase: “Mira con quien estoy”, aunque al día siguiente se arrepintió.