Un libro reivindica la memoria de las viudas blancas

La tercera novela de la escritora María del Mar Rodríguez recupera el relato de las mujeres abandonadas por la emigración. Cientos de mujeres guardaron respeto a los maridos que emigraron a Venezuela y que rehicieron allí su vida.

«La Viuda Blanca» es el tercer libro de la escritora palmera María Del Mar Rodríguez. Es el último trabajo de una trilogía que la autora denominó «Relatos de unas Islas Desamparadas» y que se inició con «La Prestamista» y un segundo volumen, «La Tuerta», que ahora ha sido adaptado al teatro por Aranza Coello.

La escritora ha participado esta semana en el espacio de Igualdad de Buenos Días Canarias al que ha acudido para reivindicar -como en este tercer libro- la memoria de las conocidas como Viudas Blancas. Se conoce con ese nombre a las mujeres que quedaron en Canarias durante el periodo de migración a Venezuela de mitad del siglo pasado y que vieron marchar a sus maridos en busca de un futuro mejor del que nunca disfrutaron. Sin remesas, sin maridos y sin posibilidad de rehacer sus vidas por el recato obligado de la época, fueron condenadas a una viudedad sin muertos a los que enterrar.

Memoria histórica y feminismo

Los tres libros publicados por la autora introducen la voz de las mujeres, hasta ahora silenciada, en la memoria histórica de las islas. Su recuperación ha sido posible gracias a testimonios de quienes vivieron de cerca ese periodo y de la labor de investigación realizada por historiadores como Aarón León, que precisamente vivió también en su familia una de esas historias de olvido de una viuda blanca.

Un viaje por la historia reciente de las islas

La prestamista (Baile del Sol, 2019) y La tuerta (Baile del Sol, 2023) —parte I y parte II de esta saga, respectivamente— han alcanzado su cuarta edición con más de 12.000 ejemplares vendidos. Las dos dos obras pueden leerse de manera independiente pero, para disfrutar plenamente de La viuda blanca, se recomienda respetar el orden de la trilogía. Esta novela culmina un viaje por la historia de Canarias que se inicia en 1850 de la mano de los abuelos de Petra, la prestamista de Poleal (En Mazo) y culmina en 1982 en unas islas que se esfuerzan por modernizarse.

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