Al acto de descubrimiento de la escultura, encargada por la Fundación Diario de Avisos al artista Julio Nieto y cedida a la ciudad, ha asistido la madre de las pequeñas, Beatriz Zimmermann
Las niñas Anna y Olivia tendrán para siempre un hueco en la memoria de Santa Cruz de Tenerife. A partir de este martes la ciudad luce una escultura en su honor y un mensaje de «no rotundo» a la violencia vicaria.
Al acto de descubrimiento de la escultura, encargada por la Fundación Diario de Avisos al artista Julio Nieto y cedida a la ciudad, ha asistido la madre de las pequeñas. Beatriz Zimmermann ha expresado su agradecimiento a todas las personas implicadas en la búsqueda de sus hijas.
Zimmermann también ha agradecido el homenaje permanente a sus niñas y ha calificado de «milagro» el hallazgo del cadáver de la mayor. Olivia fue localizada precisamente el día de su onomástica, el 10 de junio de 2021. El hallazgo permitió cerrar prácticamente un caso que conmocionó a toda la sociedad española. Además, puso en el foco el fenómeno de la violencia vicaria, la ejercida sobre una hija o un hijo para hacer daño a la pareja.
El presidente de la Fundación Diario de Avisos, Lucas Fernández, ha rogado a las autoridades presentes en el acto, los presidentes de Canarias, Ángel Víctor Torres, del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín, y al alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, así como al delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, que desde su ámbito competencial pongan fin a esta «lacra».
Un trabajo de seis meses
El autor de la escultura, Julio Nieto, ha explicado, visiblemente emocionado, que ha sido un trabajo «duro». Se ha dedicado plenamente en los últimos seis meses a la obra, en la que ha pretendido reflejar una «mirada alegre», la de Anna y Olivia. Las pequeñas se tocan levemente las manos en un gesto «de complicidad, de confianza», y también de «inocencia infantil».
Nieto ha agradecido a Beatriz Zimmermann «la gran lección que nos ha dado a todos» por su «entereza» y su «forma de afrontar algo tan fuerte» como el crimen de sus dos niñas.
El acto ha estado amenizado por el coro de voces blancas de Santa Cruz, que ha interpretado el ‘Aleluyah’ de Leonard Cohen y ‘Cuídame’, de Pedro Guerra.
Un secuestro que paró Canarias
Según la reconstrucción policial y judicial del caso, todo sucedió el mismo día: la supuesta desaparición de padre e hijas y el asesinato de las niñas y el posterior suicidio del progenitor. Pero hasta que no fue hallado el cuerpo de Olivia en el fondo del mar transcurrió mes y medio de angustia y desesperación de una madre, y de una búsqueda sin descanso por tierra, mar y aire.
El padre, Tomás Gimeno, debía entregar a las pequeñas aquel 27 de abril de 2021 tras pasar la tarde con ellas, con arreglo al régimen de visitas que había acordado con su expareja.
Por teléfono, excusó su retraso en que estaba cenando con las niñas, cuando en realidad estaba perpetrando un plan preconcebido: asesinar a sus propias hijas y arrojarlas al mar antes de desaparecer sin dejar rastro.
Según la tesis de una de las juezas que instruyó la causa, lo hizo para causarle a Beatriz Zimmermann «el mayor dolor», dejándola de por vida con la incertidumbre sobre «la suerte o destino» que habían sufrido las pequeñas.