Investigadores del ICM CSIC han transformado el cableado de fibra óptica que usa el observatorio astrofísico de El Roque de Los Muchachos en una red sísmica para detectar movimientos del terreno
Investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han transformado el cableado de fibra óptica que usa el observatorio astrofísico de El Roque de Los Muchachos, en La Palma, en una red sísmica para detectar movimientos del terreno asociados al volcán en Cumbre Vieja.
Coordinada por investigadores del Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC), de Barcelona, esta intervención se ha realizado sobre uno de los cables de fibra óptica, de aproximadamente ocho kilómetros de largo, para conectarlo a la Red Académica y de Investigación Española (RedIRIS).
El interrogador, como así se llama el instrumento, ha sido desarrollado por el Grupo de Ingeniería Fotónica de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) y el Instituto de Óptica del CSIC (IO-CSIC).
Aprovechan hilos de cable de fibra óptica no utilizados
Aprovecha hilos del cable de fibra no utilizados para la transmisión de datos, conocidos como fibra oscura, para llevar a cabo las medidas, mientras que los otros hilos se emplean para transmitir las señales sísmicas y distribuirlas rápidamente al Instituto Geográfico Nacional (IGN) y al Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan).
Los datos adquiridos con este instrumento complementarán los obtenidos por las redes sísmicas de sismógrafos convencionales actualmente en funcionamiento en La Palma, explica el coordinador del ICM-CSIC, Antonio Villaseñor.
Debido al gran número de sensores, uno por cada 10 metros de cable, que proporciona el interrogador DAS (Distributed Acoustic Sensing), será posible llevar a cabo estudios que son difíciles utilizando sismógrafos convencionales, como, por ejemplo, determinar la localización del tremor volcánico y su cambio en el tiempo.
No es la primera vez que el ICM-CSIC utiliza la tecnología DAS para detectar terremotos.
Red de sensores de actividad sísmica
Ya lo hizo el año pasado cuando transformó los cables de comunicaciones submarinos que conectan las islas de Tenerife y Gran Canaria, una zona de alta actividad sísmica, en una red de sensores capaz de detectar terremotos tanto cercanos como distantes a miles de kilómetros de su epicentro.
Los dispositivos DAS emiten pulsos de luz láser a través de la fibra óptica y miden las pequeñas fracciones de señal reflejadas en las imperfecciones microscópicas del interior del cable.
Éstas se convierten en puntos de referencia que varían de posición como consecuencia de factores externos como, por ejemplo, las vibraciones del suelo.
Así, un solo cable conectado a un único dispositivo de medida se puede convertir en una red de miles de sensores.
En 2018, estos equipos DAS instalados en el área metropolitana de Pasadena (California) detectaron, a más de 9.000 kilómetros del epicentro, un terremoto ocurrido en las Islas Fiji.