En su solicitud a Batet, se acoge a la Ley de Secretos Oficiales y advierte de que, partiendo de que fue «agente de inteligencia», no puede comparecer en público
El excomisario Villarejo ha pedido a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, comparecer en la comisión del caso Kitchen bajo el protocolo de comisión de secretos. Esto implica que la comparecencia sea a puerta cerrada.
Expone que las notas que constan en la causa abierta en la Audiencia Nacional y que fueron elaboradas siendo, dice, «agente de inteligencia», están sometidas a la Ley de Secretos Oficiales. Por ello, considera que hablar abiertamente de ello violaría ese secreto.
Salvaguarda de los intereses nacionales
Este es el motivo por el que reclama realizar su testimonio bajo el protocolo de la comisión de secretos. Advierte de que lo hará «salvaguardando los intereses de las instituciones y en suma de nuestra soberanía nacional».
Fuentes parlamentarias sin embargo consideran que esta petición no se podrá conceder. Entienden que pide «una cosa que no existe». «Eso es imposible», aseveran.
Para mayores garantías en su comparecencia, el excomisario solicita también estar acompañado por su abogado, Antonio José García Cabrera. Para que la «asistencia sea real y efectiva» pide que se siente su lado, «contiguo a mí, para poder asesorarme sobre las consecuencias» de sus respuestas.
De esta forma, según explica, pretende evitar que esas respuestas «puedan interpretarse como menoscabo a la autoridad judicial» que instruye la macrocausa contra él en la Audiencia Nacional. Agrega que su voluntad es «seguir colaborando con la instrucción judicial y también en la actividad parlamentaria» de la comisión.
