El Barcelona no dio opción al Levante (7-0) y conquistó por cuarta vez en su historia la Supercopa de España femenina
Para los amantes de la historia contrafactual, aquella que plantea el ‘¿qué hubiera pasado si…?’, quedaron los primeros cinco minutos. Durante ese breve espacio de tiempo el bando valenciano tuvo dos ocasiones clamorosas en las botas de la colombiana Mayra Ramírez, quien primero vio como Ingrid Engen sacó bajo los palos su tiro tras arrebatarle el balón de los pies a la portera Cata Coll y luego falló un mano a mano que pintaba favorable.
De haber entrado alguna de esas dos opciones, el desarrollo del choque podría haber sido otro. No sucedió así y, desde ese momento, el Barcelona tornó en una apisonadora bien engrasada que pasó por encima de su rival. Salma Paralluelo con un cabezazo que sacó abajo Emma Holmgren y Caroline Graham Hansen mediante una vaselina que se fue alta alertaron antes de los diez minutos. Y de las amenazas pasaron a los hechos.
Así, a los doce minutos, un pase en profundidad por la derecha de Lucy Bronze lo capturó Graham Hansen para ganar la línea de fondo y entregar el primero en bandeja a Salma Paralluelo. La delantera ofrecía de esta manera un aperitivo de lo que estaba por venir.
Las azulgranas se fueron con cinco a su favor al descanso.
Diez minutos más tarde una combinación entre la propia Paralluelo y Keira Walsh encontró continuidad en un golpeo de Patri Guijarro que fue rechazado. Graham Hansen, atenta, capturó el esférico y lo llevó a las mallas. Fue el mazazo anímico definitivo para el Levante, que encajó el tercero inmediatamente después cuando otro rebote, este procedente de un tiro al palo de Aitana Bonmatí, le cayó a Paralluelo, quien asistió para que anotase Ona Batlle.
La final estaba más que decidida antes de la media hora. Pero el Barcelona, insaciable, disfrutaba y quería más. Lo demostró en el cuarto tanto, una jugada que inició y terminó Graham Hansen con la aparición estelar de Bonmatí, en la que se apoyó y de la que recibió un precioso pase de tacón.
Y, por si fuera poco, en el añadido de la primera mitad Batlle le devolvió a Paralluelo el regalo que le hizo en la tercera diana para que las azulgranas se fuesen con cinco a su favor al descanso.
No cambió el panorama en el retorno al césped. De hecho en doce minutos el Barcelona ya había hecho el sexto y el séptimo. En ambos intervino Bonmatí, asistiendo a Graham Hansen para su ‘hat trick’ y posteriormente definiendo un contraataque lanzado por Ona Batlle.
Ahí frenaron su voracidad anotadora las de Jonatan Giráldez, que siguieron monopolizando el esférico y los acercamientos pero no tuvieron el acierto necesario para propinar un castigo mayor. No lo necesitaron para levantar el trofeo una vez más, la tercera consecutiva y la cuarta en las últimas cinco ediciones.