Ablaye Mboup es un senegalés residente en Tenerife que sufre hipertensión arterial pulmonar y que se encuentra en fase terminal. Su último deseo era estar con su hijo mayor
Ablaye Mboup, el senegalés que está ingresado en el Hospital Costa del Sol de Marbella (Málaga) con una enfermedad terminal, ha podido cumplir su último deseo y reencontrarse con su hijo mayor. Este ha volado desde su país a España para pasar los últimos días con su padre.
Tras varios meses de gestiones con distintas administraciones, finalmente el Consulado de España en Dakar facilitó hace unos días a Cheikh, el mayor de los tres hijos de Ablaye, un visado de tres meses para viajar a España y poder acompañar a su padre sus últimos días de vida.
Ablaye, que tiene 60 años y vive solo en Tenerife, sufre una enfermedad rara llamada hipertensión arterial pulmonar. Esta le provoca fatiga, mareos, acumulación de líquido en el abdomen, pérdida de peso y problemas de corazón, entre otros síntomas.
Aunque durante los últimos diez años ha recibido tratamiento médico, la enfermedad ha progresado. Los médicos creen que a Ablaye, que está encamado, le queda poco tiempo de vida, apenas unas semanas.
«Nunca se puede perder la esperanza»
La última voluntad de Ablaye era poder ver por última vez al mayor de sus tres hijos, Cheikh, que tiene 35 años y trabaja como carpintero en Dakar, donde viven también su mujer y sus otros dos vástagos. Un sueño que finalmente ha visto cumplido, después de que Cheikh haya llegado esta semana a Marbella procedente de Senegal.
«Cheikh, el hijo de Mboup Ablaye, ya acompaña a su padre. Nunca se puede perder la esperanza, y al final entre muchos se ha logrado humanizar nuestro esfuerzo«, ha afirmado en un tuit el delegado territorial de Salud y Familias en Málaga, Carlos Bautista.
Este reencuentro ha sido posible gracias al personal sanitario del Hospital de Marbella, entre ellos el enfermero Pablo Guardado, quien impulsó una petición a través de la plataforma Change.org para conseguir agilizar la obtención del visado para el hijo de Ablaye, una demanda que en solo cinco días consiguió más de 53.000 firmas