Laura Álvarez Linares, tiene 46 años y es alopécica desde muy pequeña.
Sus padres recorrieron el mundo buscando un especialista que solucionase su caída del pelo. Al final ha decido aceptarse tal y como es. La alopecia universal cambió su perspectiva sobre la belleza y la importancia de las relaciones humanas. La ayudó a valorar aún más las cosas que realmente importan en la vida.
Laura abraza su singularidad inspirando a otros a hacer lo mismo
Reconoce que nuestra sociedad aún no está completamente preparada para aceptar y comprender esta diversidad, lo que a veces puede resultar difícil de manejar. Sin embargo, Laura se enfrenta a este desafío con valentía y determinación, abrazando su singularidad y compartiendo su historia para inspirar a otros a hacer lo mismo.
Ella define su cara como ‘un lienzo limpio’ que puede dibujar. Puede maquillarse o ponerse una peluca para cambiar su aspecto físico, o llevar uno de sus turbantes llenos de coloridos. Cree firmemente en la importancia de compartir momentos e inquietudes con otras personas, enriqueciendo así su diversidad humana y descubriendo su verdadero ser.