Un estudio de Cáritas avala que en el aumento de personas sin hogar ha influido la pandemia por la dificultad de acceso a los servicios vinculados cada vez más con la tecnología
Cáritas Diocesana ha identificado a 2.738 personas en situación de exclusión residencial extrema en la isla de Tenerife. Lo ha hecho en un estudio realizado en 2021, una cifra de personas sin hogar casi un millar superior a las 1.784 del segundo semestre de 2020, que fue la primera vez que se realizó este trabajo de campo, encargado por el Cabildo de Tenerife.
Las personas sin hogar aumentan en parte por la capacidad de identificación de situaciones extremas, con equipos de Cáritas trabajando sobre el terreno, con más contacto con las personas excluidas del derecho a una vivienda digna y con más coordinación con las administraciones, ha explicado Úrsula Peñate, que ha dirigido este trabajo.
Las personas en exclusión residencial extrema son las que no pueden acceder o conservar un alojamiento adecuado y estable.
Efecto de la pandemia
En su crecimiento en Tenerife ha repercutido la pandemia del covid-19, que ha limitado el acceso a unos servicios administrativos, sociales y sanitarios cada vez más vinculados a tecnologías. Tecnologías a las que gran parte de la población no tiene acceso fácil, de acuerdo con este estudio.
De estas 2.738 personas excluidas de una residencia, gran parte, hasta un 37 por ciento, viven directamente a la intemperie. Pero también en albergues o centros de alojamiento nocturno, (8,7 por ciento), donde las plazas cada vez tienen menos rotación porque los que las utilizan no encuentran alternativas de residencia.
También hay un 15,3 por ciento de afectados que viven en alguna casa pero ya no viven en la suya, porque las han perdido ya sea por desahucios o por no poder pagar la renta. Otro 15,8 por ciento se aloja en cabañas, chabolas, caravanas o cuevas.
Cáritas ha identificado que el 73,9 por ciento de estas personas son hombres. Pero las mujeres son cada vez más. Han pasado de representar el 20 por ciento en 2020 al 25 por ciento en 2021, y también sube entre las personas afectadas el colectivo trans.
Por edades, los hombres sin hogar tienen de media 45 años. En el caso de las mujeres 35 años, y se han identificado 150 menores de edad viviendo con sus familias. Normalmente monomarentales, si bien con seguimiento de los servicios sociales.
Datos por municipios
Por municipios, el de Santa Cruz de Tenerife es en el que más personas sin hogar se han localizado, 953. Le sigue Arona, con 441, La Laguna, con 442, Adeje, con 166, Puerto de la Cruz, con 134 y Granadilla, con 128.
Cáritas ha detectado en este estudio la persistencia y cronificación de la falta de vivienda. El 62 por ciento de los afectados lleva más de un año sin casa y el 32 por ciento más de tres años.
El desempleo, la precariedad laboral, la falta de ayudas públicas, el agotamiento de la prestación por desempleo, los excluyentes requisitos para acceder al mercado inmobiliario, los desahucios y ejecuciones hipotecarias , la salud mental y las adicciones son algunos de los motivos que los propios afectado explican como origen de su situación.
Casi seis de cada diez de los 2.738 afectados son españoles, pero se han identificado 77 nacionalidades. Por detrás de los españoles, que son el 57,5 por ciento, están los marroquíes (6,4 por ciento), los senegaleses (4,1 por ciento), los venezolanos (4 por ciento), los italianos (3,7 por ciento) y los alemanes (1,8 por ciento).
En conjunto, el 71,4 por ciento son europeos y diez de las veinte nacionalidades con más personas afectadas son de la Unión Europea.
Estos datos indican que la proliferación de personas sin hogar no está vinculada con la llegada de personas en pateras, explicó Úrsula Peñate.