Santiago Sesé, presidente de la institución, asegura que la turismofobia puede acarrerar «consecuencias graves» para Canarias
El presidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, Santiago Sesé, ha rechazado la campaña de turismofobia «orquestada» por grupos minoritarios que tuvo lugar hace unos días sorprendiendo a los turistas que llegaban al Aeropuerto Tenerife Sur, «una acción aislada pero cuya repercusión en el sector puede tener graves consecuencias».
Para Santiago Sesé, «es una auténtica temeridad que se produzcan hechos de tal magnitud. El problema de este tipo de acciones es que no se quedan aquí, traspasan fronteras y calan en los países de origen. Esta idea de rechazo, del no al turista pone en riesgo nuestra economía y traslada una visión de la sociedad canaria que no se ajusta a la realidad«.
Desde la Cámara de Comercio recuerdan que el turismo representa el 35% del PIB canario y el 40% del empleo, siendo por lo tanto el principal motor económico de Canarias; por lo que instan a las instituciones públicas a abordar urgentemente esta situación con la finalidad de evitar que proliferen mensajes equivocados sobre Canarias y su excelencia como destino turístico.
La necesidad de un nuevo modelo turístico en Canarias
Además, el presidente de la institución reconoció que hay que reflexionar sobre el modelo turístico, actuando para mitigar los efectos que la llegada de turistas supone para las islas; «un reto que pasa por planificar y ordenar el sector, regulando los efectos no deseados que este pudiera generar con impactos como los que está suponiendo un alquiler vacacional que ha experimentado un crecimiento exponencial tras la pandemia, sin ningún tipo de control hasta el momento».
«Regular esta actividad en cantidad y también en calidad repercutirá en beneficio del conjunto de las actividades turísticas y del destino y por eso desde la Cámara estamos confiados en la regulación que en estos momentos está abordando el ejecutivo regional», señaló Sesé.
En su opinión, hace falta una planificación que también pasa por invertir en infraestructuras, manteniendo en condiciones óptimas las que están y construyendo otras que permitan ser más sostenibles.