Las empleadas del hogar celebran este jueves el ‘Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar’, un empleo desempeñado el 95,5 % por mujeres
Solo 11 trabajadoras del hogar por cada 1.000 hogares están afiliadas en Canarias a la Seguridad Social, cifra que representa la segunda comunidad autónoma con menos trabajadores de hogar afiliadas. Canarias solo está por delante de Extremadura (10), según las cifras de afiliación analizadas por Funcas con motivo del ‘Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar’ que se celebra este jueves.
El trabajo doméstico representa un porcentaje del empleo regular en España que ronda el 1,9% y este porcentaje oscila entre el 1,1% en Extremadura y el 2,9% en la Comunidad de Madrid (con un 3,7% en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla).
Si se considera el número de hogares, en 2022, por cada 1.000 hogares había en España aproximadamente 20 personas afiliadas al sistema de empleadas de hogar de la Seguridad Social, con diferencias entre las comunidades autónomas.
El 95,5 % de los trabajadores del hogar son mujeres y el 45 %, extranjeros, lejos del récord del 70 % de 2005, antes del proceso de regularización de inmigrantes con contrato.
Funcas destaca que el trabajo doméstico «proporciona oportunidades de empleo a personas con empleabilidad más limitada» y «mejora la participación laboral y la productividad de muchas personas empleadas», a las que descarga de tareas como la limpieza de la casa o la atención a dependientes, contribuyendo así a la eficiencia del mercado de trabajo y el crecimiento de la economía.
Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar
Aunque la ONU declaró en 1988 el 30 de marzo como Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, no fue hasta 2011 cuando la Organización Internacional del Trabajo (OIT) aprobó un convenio sobre el trabajo doméstico, que establece los derechos básicos para las trabajadoras domésticas y exige a los Estados la adopción de normas mínimas sobre horas de trabajo, remuneración, seguridad, salud y protección social. España ratificó ese convenio hace apenas un mes, el 28 de febrero de 2023, por lo que sus disposiciones serán exigibles a partir de marzo de 2024.
El trabajo doméstico tiene históricamente un escaso reconocimiento social e institucional, proporciona oportunidades de empleo a personas con empleabilidad más limitada en otras ocupaciones. Además, mejora la participación laboral y la productividad de muchas personas empleadas a las que descarga de tareas como la limpieza de la casa, la preparación de comidas, la atención a las personas dependientes o la crianza de los hijos pequeños.
En consecuencia, contribuye no solo al funcionamiento más eficiente del mercado de trabajo, y en general al crecimiento de la economía, sino también a la reproducción de la sociedad. Son efectos indirectos reales y nada desdeñables, aunque resulten difíciles de medir con los indicadores utilizados habitualmente para estimar la aportación del empleo al bienestar de la sociedad.