El perfil de las personas en situación de exclusión residencial grave ha cambiado y cada vez más mujeres, jóvenes y mayores se encuentran sin hogar
La Conferencia Episcopal Española, Cáritas Española (Cáritas) atendió durante el año 2022 a más de 4.000 personas desahuciadas, en exclusión residencial grave, en Canarias. Una situación que puede acortar la esperanza de vida hasta en 30 años. Además, el perfil de persona que vive en la calle está cambiando y cada vez hay más mujeres, jóvenes y personas mayores.
Es el caso de Ana María Rioja, que vive desde hace cuatro meses en una sucursal bancaria abandonada sin luz, ni agua, en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria con su hija de 17 años. A pesar de cobrar una ayuda de 734 euros, asegura que no puede permitirse un alquiler. Por otro lado, no consigue que le alquilen una vivienda porque no dispone de un contrato laboral.
Así, son muchos los que viven la misma situación. De hecho, ha cambiado el perfil y cada vez se atiende a más mujeres. Por otro lado, ha aumentado el rango de edad habitual de personas sin hogar que se situaba entre los 30 y los 50 años.