Condena de 31 años de cárcel por agresión sexual continuada con violencia de extrema gravedad

La sentencia describe la violencia de extrema gravedad del agresor a una mujer en la Navidad de 2022 en un céntrico edificio de Santa Cruz de Tenerife

Condenado a 31 años de cárcel. Imagen: Palacio de Justicia en Santa Cruz de Tenerife. Europa Press
Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife. Imagen Europa Press (archivo)

La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a 31 años de cárcel –20 de ellos de cumplimiento efectivo– a un hombre por agredir sexualmente a una mujer en la Navidad de 2022 en un céntrico edificio de la capital.

La sentencia, hecha pública este viernes, considera que el hombre siguió a la víctima por los pasillos hasta que la mujer estuvo sola y subió la reja eléctrica del local, ubicado en la primera planta, momento en el que se abalanzó hacia ella, la empujó al interior y le arrebató las llaves para que no pudiera escapar.

Además, propinó a la víctima una «paliza brutal», tal y como recoge la sentencia, dándole fuertes y reiterados golpes con la mano abierta, puñetazos, empujones contra muebles, agarrones, zarandeos, tirones de pelo, patadas y hasta intentos de estrangulamiento.

La paliza duró más de diez minutos y la Audiencia incide en que la violencia empleada por el agresor fue «feroz, cruel y desproporcionada, incluso para el fin que pretendía de someter a la víctima a su voluntad y de agredirla sexualmente».

Posteriomente, mientras agredía a la mujer sexualmente, le seguía propinando golpes y le apretaba el cuello impidiéndole respirar, por lo que exhausta, dejó de prestar oposición física alguna, temiendo que el hombre la pudiera asesinar.

Retuvo a la mujer en la oficina y la amenazó de muerte

Tras culminar la agresión, mantuvo retenida en la oficina a la mujer, que intentó escapar sin éxito, por lo que fue agredida otra vez, tanto física como sexualmente, hasta que finalmente decidió abandonar la zona casi una hora y media después, no sin antes robar 30 euros, las llaves del local y los zapatos a la mujer.

El hombre amenazó de muerte a la mujer si contaba los hechos y finalmente fue detenido por la Policía Nacional en torno a las 08.30 horas, cuando trataba de coger el tranvía. La víctima, en estado de shock y muy malherida, había logrado llamar a su marido y al dueño de la empresa.

Fue el conserje del edificio quien la encontró diez minutos después de marcharse el agresor.

La víctima precisó de seis meses para su curación y estabilización de las lesiones aunque no llegó a estar hospitalizada ni presentó lesiones físicas a nivel genital ni anal derivadas de los hechos, aunque sí sífilis y hepatitis, patologías que duraron hasta mayo de 2023.

La víctima, con incapacidad laboral permanente

A consecuencia de estos hechos, presenta un cuadro ansioso-depresivo y trastorno de estrés postraumático, con episodios de terror, indefensión, vértigos, síntomas de reexperimentación, reacciones vivenciales, malestar psicológico intenso, sentimiento de culpa, baja autoestima, conductas de evitación, inestabilidad emocional, infravaloración, problemas de concentración, alteraciones del sueño, tristeza, desinterés por las actividades cotidianas, somatizaciones y repercusiones tanto en las esferas personal, familiar, social y laboral.

Por todo ello continúa en tratamiento psiquiátrico y se le ha reconocido una incapacidad laboral permanente.

La Audiencia Provincial incide en la «violencia desmedida» y en condiciones «especialmente vejatorias y degradantes» en un total de tres ataques –incluso obligó a la víctima a ayudar a vestirle y trató de darle un beso de despedida–, algo que corroboran las cámaras de seguridad del edificio, que grabaron en parte las agresiones.

«Evidente planificación»

En la sentencia se descarta la embriaguez del acusado o su afectación por consumo de drogas, por más que durante la madrugada previa pudiera haber ingerido dado que hubo una «evidente planificación» en su ataque que demuestra un «manifiesto control» de la situación.

La Audiencia considera que el hombre es culpable de un delito continuado de agresión sexual con acceso carnal por vía vaginal, anal y bucal, con empleo de violencia e intimidación e impone también otros seis años de cárcel por un delito de lesiones físicas y psíquicas, tres años por robo violento y dos más por amenazas.

Igualmente, y en concepto de responsabilidad civil, el hombre deberá indemnizar a la mujer con 25.000 euros por las lesiones sufridas y otros 50.000 euros por secuelas y daños morales.

Contra la sentencia cabe interponer recurso ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).

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