La Audiencia de Santa Cruz de Tenerife ratifica la condena por estafa a una mujer que suplantó la labor de promotora cultural del Ayuntamiento de La Laguna
Ratificada por la Audiencia de Santa Cruz de Tenerife la condena al pago de una multa de 900 euros por estafa a un mujer que se hacía pasar por inversora y promotora cultural del Ayuntamiento de La Laguna para engañar y obtener dinero.
Esta mujer ofrecía a sus víctimas la posibilidad de invertir en negocios relacionados con los espectáculos. A cambio se comprometía a devolver el dinero más unas ganancias que podían llegar a doblar la cantidad entregada y además hacerlo en muy escaso espacio de tiempo.
De esta manera, la acusada consiguió contactar con una mujer y la convenció para que le entregara 1.000 euros con la promesa de que en seis días le devolvería 2.000. «Todo ello siendo plenamente consciente” de que no iba a cumplir su compromiso.
No obstante, llevada por lo atractivo de la oferta, la denunciante entregó el 11 de septiembre de 2020 la cantidad de 1.000 euros a la acusada. Sin que ésta llegara nunca a devolver el importe recibido y apoderándose del mismo pese a los continuos requerimientos de la perjudicada para que se lo restituyera.
Denuncia y recurso
Una vez que se presentó la denuncia y antes de la celebración de la vista oral la procesada restituyó la cantidad. Y tras emitirse el fallo en primera instancia la mujer lo recurrió ante la Audiencia Provincial, que lo ratificó y descartó que no se hubiese respetado el derecho a la presunción de inocencia.
Durante la vista, la mujer se acogió a su derecho a no prestar declaración pero sí al de última palabra, presentado unas explicaciones y justificaciones sobre la recepción del dinero y su voluntad de restituirlo “que, en absoluto, quedaron acreditadas”. La Sala también echa en falta que concretara cuál era su actividad profesional, pese a que estaba cuestionada en el proceso, mientras que la denunciante ratificó su testimonio pero mostró reticencias a incriminarla después de que le devolviera el dinero años después.
En la vista intervino otra persona que al parecer también fue defraudada en su momento. Hizo alusión a la actividad de la acusada y se mostraron mensajes cruzados entre ambas en los que la estafada le reclamaba que le devolviera el dinero.
Por todo ello, quedó acreditado el comportamiento “irregular” de la acusada que, motivada por un ánimo de lucro, se hizo pasar por promotora cultural ligada al mencionado Ayuntamiento. Y de esta manera animó a la perjudicada para que invirtiera en una iniciativa artística.
En ningún momento se presentó documento alguno que probara su supuesto cargo como promotora cultural que sirvió como señuelo para obtener el dinero y que en todo momento se negó a entregar tanto lo prometido como la cantidad entregada. Finalmente, la denunciada deberá pagar las costas judiciales de primera y segunda instancia.