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29 marzo 2024 8:30 am

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Confirman 18 años de cárcel por intentar asesinar a su mujer en Icod de los Vinos

El TSJC confirma la sentencia a 18 años de cárcel de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife por tentativa de asesinato de su esposa

Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC)

El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha confirmado en todos sus términos la sentencia de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife que en noviembre del año pasado condenó a 18 años de cárcel a un vecino de Icod de Los Vinos por la tentativa de asesinato de su esposa, a la que acuchilló tres veces con alevosía y ensañamiento.

La Sala de lo Penal del TSJC no sólo rechaza el recurso de acusado contra el fallo dictado en su día por la Sección Quinta de la Audiencia tinerfeña, sino que abunda en la concurrencia en el caso de la agravante de ensañamiento, calificando la tercera puñalada como “maldad de lujo” que, explica el TSJC, “no se identifica necesariamente con el número o repetición de golpes, sino en su innecesariedad para el fin buscado, que fue el de acabar con la vida de la mujer por simples celos, de tan cruel manera”.

Sentencia ratificada

La sentencia, ahora ratificada en apelación, condenó al acusado a 18 años y seis meses de prisión como autor de un delito de asesinato en tentativa (por las agravantes de alevosía y ensañamiento) con la concurrencia de la agravante de parentesco y en concurso medial con un delito de robo violento con la atenuante de reparación del daño, según informa un comunicado.

El condenado tenía antecedentes por maltrato habitual, amenazas en el ámbito de la violencia sobre la mujer, quebrantamiento de condena y abandono de familia.

Además de la condena penal, se impuso al acusado las costas del proceso, la prohibición de acercarse a la víctima por un tiempo superior en 10 años al de la pena impuesta, a indemnizarla a ella y a su hija con 40.000 euros y a abonar al Servicio Canario de Salud los gastos médicos por el tratamiento de la agredida, 87.967 euros más los que se acrediten en ejecución de sentencia.

18 años y seis meses de prisión

La sentencia da por buenos los hechos probados obrantes en el fallo de instancia. Según éstos, el acusado mantenía desde agosto de 2019 una relación de pareja con la víctima, y en enero de 2020 empezaron a convivir en un domicilio en el municipio de Icod de los Vinos.

El 11 de marzo de 2020, a las 9.00 horas, el acusado regresó a casa, tras llevar al colegio al hijo menor de la víctima. Allí, se inició una conversación con su pareja sobre los gastos que tenían y determinadas solicitudes de préstamos, así como por otras cuestiones personales.

En un momento determinado, la mujer dijo que debían cesar la relación y que él tenía que dejar la casa y llevarse sus cosas. Sobre las 10.20 horas, ella fue al baño y, cuando se encontraba sentada en el inodoro, entró él, por sorpresa, provisto de un cuchillo de cocina de gran tamaño. La mujer no pudo oponer resistencia o defenderse de este acometimiento, cuando el acusado “le asestó una puñalada en

el abdomen, sosteniendo el cuchillo y apretando mientras la mujer trataba de levantarse”.

Le decía que se iba a morir”

Con posterioridad, extrajo el arma de su cuerpo, mientras “le decía en sucesivas ocasiones que no saldría viva de la casa”. Al rato, pasados unos cuarenta minutos en esta situación, al salir él del baño, ella “aprovechó para tratar de abandonar la vivienda o de pedir ayuda, siendo interceptada en la puerta por su agresor, quien la agarró, la llevó al interior y en el suelo, momentos después, con el mismo cuchillo, le asestó una segunda puñalada, igualmente en la cavidad abdominal”.

Relata el fallo que estas dos heridas provocaron un gran hemorragia y un gran dolor físico a la víctima. Mientras ella se desangraba, él “continuó diciéndole que iba a morir”.

En un momento dado, con la mujer tendida en el suelo, el hoy condenado contestó una llamada de teléfono, en el móvil de su pareja, al parecer proveniente del colegio del hijo menor de ella, “lo que motivó que proyectara sus amenazas sobre el menor, manifestando que si regresaba a casa el niño tendría que matarlo. Ello aumentó el padecimiento psíquico de ella, incrementando el dolor y sufrimiento físico que previamente le provocaban sus dos heridas en el abdomen”.

La creyó muerta

El agresor exigió a su víctima que le facilitara los datos de sus tarjetas y cuentas bancarias, de las que era cotitular con su madre.

Tras ello, con intención final de degollarla, sigue el fallo, “le hizo un corte de unos quince centímetros, de lado a lado en el cuello, si bien esta herida no llego a interesar estructuras vitales, ni vasos principales, ni vías respiratorias”.

Sin embargo, el agresor la creyó muerta y “tras darle varios golpes comprobando que no se movía”, cogió las llaves del vehículo de su pareja, la documentación del bolso, así como los teléfonos móviles, y se marchó de la vivienda.

Desde allí, con los datos obtenidos, ordenó dos transferencias bancarias, desde la cuenta corriente de ella a una cuenta propia, por importe total de 1.700 €, para luego retirar 1.300 euros en cajeros automáticos. Después, mandó un mensaje a su hermana diciendo que había apuñalado a su pareja.

Los investigadores de la Guardia Civil se pusieron en contacto con él para negociar su entrega, a lo que finalmente accedió el acusado.

Así, sobre las 21.40 horas se entregó a los agentes. Al momento de su detención le comunicó que tenía el cuchillo en el interior del vehículo. También manifestó que tenía la documentación, tarjetas de su mujer y 1.355 € procedentes de dichas extracciones.

Socorrida por varios transeúntes

La víctima, al comprobar que su agresor se había marchado, consiguió levantarse, abrió la puerta de la vivienda y a rastras bajó las escaleras. Allí fue socorrida por varios transeúntes que avisaron a las fuerzas de policía y a los medios sanitarios.

Una ambulancia medicalizada la trasladó a un centro médico de urgencia. Ante la gravedad de sus heridas y pérdida de sangre, trasladada al Hospital Universitario de Canarias (HUC), donde fue intervenida quirúrgicamente.

A consecuencia de estas agresiones, la víctima precisó tratamiento quirúrgico y psiquiátrico. Tardó casi seis meses en reestablecerse, arrastrando secuelas que perduran a día de hoy.

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