La estafa a empresas se realizaba mediante ataques por correo electrónico altamente personalizados desde Nigeria
Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización criminal internacional por estafa a empresas por más de cuatro millones de euros. En la operación se ha detenido a 64 personas – 28 en Palma, 3 en Ibiza, 4 en Madrid, 17 en Valencia, 5 en Segovia, 2 en Aranda del Duero, 1 en San Sebastián , 2 en Zaragoza y 2 en Tenerife – presuntamente responsables de los delitos de pertenencia a organización criminal, estafa, blanqueo de capitales y acceso informático.
Los detenidos cometían las estafas a través del método conocido como BEC –Business Email Compromise– cuyo objetivo eran los miembros de los departamentos de administración y los directores ejecutivos de empresas. Los ataques se producían desde Nigeria, país donde enviaban el dinero obtenido fraudulentamente.
La investigación, que fue llevada a cabo por agentes expertos en la lucha contra la ciberdelincuencia, ha descubierto en España una red extensa de mulas bancarias para la recepción de transferencias ilícitas.
La cúpula de la organización en nuestro país, compuesta por tres individuos, ya ha sido puesta a disposición de la Audiencia Nacional. Los individuos mantenían los contactos directos con la matriz en Nigeria, desde donde se producían los ataques y a donde se enviaba el dinero obtenido fraudulentamente. Gracias a las gestiones realizadas por los agentes, se consiguió bloquear preventivamente más de 600.000 euros.
El método del Business Email Compromise
La tipología delictiva utilizada por la red criminal se conoce como Business Email Compromise. Los ciberdelincuentes, tras acceder por técnicas de ingeniería social a los correos corporativos, se centraban en obtener información confidencial de las empresas, su cartera de clientes o transacciones económicas pendientes de abono.
Acto seguido, y mediante ataques por correo electrónico altamente personalizados, usurpaban la identidad corporativa de estas empresas ante sus clientes y entidades financieras con las que mantenían acuerdos comerciales, consiguiendo el pago de facturas y transacciones de grandes sumas de dinero a cuentas bancarias que la organización tenía bajo su control.
Inicio de la investigación
La investigación se inició a raíz de la denuncia de una empresa española a la que habrían estafado más de 320.000 dólares por una transferencia no recibida correspondiente a los servicios prestados a una empresa de la República Democrática del Congo. Esa transferencia sí la realizó la empresa congoleña, pero fue destinada a una la cuenta de un tercero sin relación con la actividad comercial. Tal engaño se materializó al acceder los ciberdelincuentes a los correos electrónicos intercambiados entre la empresa española y la congoleña, y sustituir la cuenta de abono real por la de una mula bancaria, donde finalmente se recibieron los fondos.
Los primeros resultados de la investigación permitieron descubrir que el titular de la cuenta receptora del dinero fraudulento era, a su vez, el responsable de otras cuentas en las que se recibían fondos de la misma naturaleza desde el extranjero. También se comprobó que esta persona denunció que era extorsionada por la cúpula de la organización, y le exigían importantes sumas de dinero para abonar sus actividades como mula bancaria.
Mulas bancarias
Dos de los investigados recibían la información necesaria para iniciar los fraudes bancarios, solicitando a un segundo escalón la captación de mulas bancarias quienes, tras recibir el fruto del fraude en sus cuentas bancarias, se quedaban con un dos por ciento de las transferencias. El resto del dinero se transfería a terceros miembros de la organización para así dificultar aún más el bloqueo de las cuentas.
Durante la operación de la Policía Nacional se ha investigado a 79 personas que pusieron a disposición de los cibercriminales sus cuentas bancarias donde habían recibido más de cuatro millones de euros. Por ello se procedió a la detención de 64 personas a la que se le imputan delitos de pertenencia a organización criminal, estafa, blanqueo de capitales y acceso informático ilícito. También se intervinieron cuatro terminales móviles y se investigaron cerca de 200 cuentas bancarias.