El Gran Canaria levantó 21 puntos de diferencia en el primer cuarto, pero perdió el control en Andorra en el último periodo y perdió de 16
Los de Porfi Fisac han dado una de cal y otra de arena en Andorra. O, mejor dicho, los de Víctor García, porque Fisac fue expulsado en el primer periodo por una doble técnica tras discutir al arbitraje que mandase a Stević al banquillo por sangrar por la boca.
Ocho minutos. Eso duró Porfi Fisac en el pabellón en un partido de todo menos controlado. Pocas descalificaciones al entrenador en el primer periodo se recuerdan en el baloncesto, quizás la de Svetislav Pešić en el primer minuto de aquel partido de Euroliga Barcelona-Fenerbahce, que también vio la doble técnica por protestar.
Algo insólito, desde luego, como el partido que han firmado hoy los chicos de Víctor García en los Pirineos. El Gran Canaria es docto en remontadas difíciles, lo vimos la jornada pasada cuando los amarillos levantaron una diferencia de 12 puntos al Joventut para acabar imponiéndose 84 a 71.
Y este encuentro parecía ir por esa senda, pero las prisas y la pérdida de control acabaron por torpedear las posibilidades claretianas. Y no solo por lo de Fisac, que sin duda fue un golpe directo en la línea de flotación del equipo, sino por perdonar demasiado en la búsqueda del aro durante la segunda mitad.
El Morabanc Andorra empezó muy fuerte en el primer cuarto
El Morabanc Andorra no había ganado ni un solo partido en las cuatro jornadas previas, pero el entrenador amarillo ya había avisado de que sería muy ingenuo pensar que el encuentro sería fácil. Y, enrocados en su feudo pirenaico, los del Principado salieron fuertes desde la primera jugada.
Crawford logró la primera ventaja local desde los 6,75 (7-4), y de ahí todo fue sumar. Jelinek con otro triple y Babatunde Olumuyiwa de dos forzaron el primer tiempo muerto de Fisac (12-4), pero la arenga no funcionó porque los andorranos siguieron sumando puntos.
La clave de los locales estaba en las continuaciones del pick and roll, muy incisivas ante una defensa grancanaria excesivamente porosa. Sumado al acierto desde el perímetro, el Andorra tenía todos los ingredientes para cocinar un marcador abultado.
Y tan abultado. Víctor Arteaga, enorme en los mates, y Amine Noua recibiendo en la pintura las filtraciones de sus compañeros comenzaron a perfilar la ventaja (25-10). Y claro, Fisac perdía los estribos en el área técnica. Stević recibió un codazo en la boca que le provocó una herida en el interior del labio. El reglamento dicta que un jugador no puede continuar si sangra, pero sí si la lesión se encuentra dentro de la boca.
El serbio no daba crédito de la decisión de Esperanza Mendoza de mandarlo al banquillo por la hemorragia. Se señalaba el labio, le daba la vuelta para mostrarle a la colegiada que el corte estaba por dentro, pero ella señalaba el asiento impasible. Y ahí apareció el entrenador, que parecía que venía a calmar los ánimos de su pívot, pero acabó viendo la descalificación por insistir ante el muro de Mendoza.
El Gran Canaria se desesperó y los andorranos supieron aprovecharlo
En el peor momento, porque el Andorra iba a por todas y supo aprovechar la desesperación del rival. Mario Nakić anotó un triple para conseguir la máxima diferencia, 21 puntos por encima que hundían la moral del quinteto grancanario (35-14).
Víctor García se hizo con las riendas del equipo e infundió calma. Sus gestos, mucho más sosegados, y su charla al equipo levantaron los ánimos. Y el Gran Canaria comenzó su remontada en el segundo cuarto, con Ennis anotando de tres (37-23) y el conjunto recortando distancias poco a poco.
Pustovyi puso el electrónico a distancia de 10 puntos a 4´para el descanso y los amarillos comenzaron a cerrar canasta mucho mejor que en el primer periodo. La defensa mejoró en el poste bajo y los tiros libres daban oxígeno al equipo canario. Stević, desde lo 4,60m, rompió la distancia psicológica de los 10 (44-35) por primera vez.
El partido se fue al descanso 48-38, con el Gran Canaria reaccionando y a tiro de piedra. Pero los nervios eran remanentes, algo de lo que no habían logrado zafarse, y Albicy vio la técnica, de nuevo por discutir a la colegiada. La cara de Víctor García en el banquillo era un cuadro, porque la respuesta de Albicy a Esperanza Mendoza era tan inútil como innecesaria.
El Gran Canaria remontó el partido en el ecuador del tercer periodo
Ennis anotó un triple para poner a los suyos a 4 puntos y Diop, a 5´para la bocina, consumó la remontada que buscaban los claretianos (49-51) mientras el Andorra se desmoronaba en acierto como un castillo de naipes.
Por momentos pareció que los grancanarios tomarían la delantera, habiéndole dado la vuelta al encuentro y comenzando a tomar ventajas de 4 y 6 puntos, pero sin previo aviso comenzó su debacle. Los tiros no encontraban el aro, se estrellaban en el hierro o, directamente, no tenían la fuerza necesaria para siquiera rozar la canasta.
Y el Andorra, liderada por Víctor Arteaga, recuperó el fuelle y la batuta. Morgan puso 6 de ventaja ante un Gran Canaria estancado, Crowford se hizo grande en el perímetro y el combo Arteaga-Paulí puso distancia de seguridad (77-66).
Brussino trató de coger el timón anotando de tres, pero hacía rato que el Gran Canaria iba a la deriva y Ennis fallando en la línea de tiros libres lo confirmó, provocando caras largas en el banquillo de García.
El Andorra desde los 4,60 apuntaló su ventaja, y Jelinek con dos triples en el último minuto sentenció el partido. Los de Porfi Fisac vuelven a Gran Canaria con mucho que pensar, entre otras cosas en afianzar su defensa en los primeros periodos para no depender de remontadas espectaculares. Pero, sobre todo, en mantener la calma cuando la tempestad les arrecia.