Argelia, Grecia, Italia y Portugal sufren las consecuencias de las llamas, que ya han dejado fallecidos y heridos a su paso
El Mediterráneo arde por culpa de los incendios forestales. Argelia, Grecia, Italia y Portugal enfrentan uno de los veranos más difíciles de los últimos años debido a los incendios y las dificultades durante su extinción.
Argelia registra ya 34 fallecidos y más de 1.500 evacuados por culpa de los incendios forestales en la frontera con Túnez. Una intensa ola de calor dificulta las labores de extinción en la zona. Más de 8.000 bomberos y 500 camiones se encuentran en la región intentando controlar las llamas.
En Grecia, el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, afirmó que será un «verano difícil» a causa de los incendios forestales que se han cebado con zonas, como Rodas y Corfú. En ambas zonas las llamas se encuentran fuera de control donde: «No hay solución mágica», lamentó. Tras el accidente de un avión que se encontraba realizando labores de extinción y que provocó la muerte del piloto y el copiloto, Mitsotakis declaró tres días de luto y canceló su visita oficial a Chipre: «Continuamos la guerra contra las fuerzas destructivas de la naturaleza», declaró.
En Italia, las llamas también se han cobrado la vida de cuatro personas durante los incendios activos en el sur del país. Más de 1500 personas han sido desalojadas en la región de Palermo y las llamas se extienden a la provincia de Reggio Calabria. Los fuertes vientos en el sur del país han obstaculizado las labores de extinción. Roberto Lagalla, alcalde de Palermo, agradeció a los efectivos su incansable trabajo por extinguir las llamas.
El último incendio en desatarse ha sido en Portugal
En Portugal, el incendio desatado este martes en el Parque Natural de Sintra-Cascais, cerca de Lisboa, ha dejado cuatro bomberos heridos. El comandante del Mando Subregional de Emergencia y Protección Civil de Gran Lisboa, Hugo Santos, informó se evacuó parte del pueblo de Zambujeiro y que la autopista A5 entre Alvide y Cascais está cerrada. Al igual que en Italia, las labores de extinción se verán dificultadas por el viento.