Los Mossos d’Esquadra han detenido a primera hora de esta mañana a Hasel en el edificio del rectorado de la Universidad de Lleida, donde este lunes se encerró junto a un grupo de estudiantes para dificultar su arresto.
El rapero Pablo Hasel ha ingresado hacia las 9.00 horas de este martes en la cárcel Ponent de Lleida para cumplir su condena de nueve meses por enaltecimiento del terrorismo, después de que los Mossos d’Esquadra lo hayan detenido esta mañana en el rectorado de la universidad, donde se había encerrado.
Según han informado fuentes penitenciarias, Hasel ha sido internado en el módulo de ingresos de la cárcel de Ponent, donde una vez identificado se le practicará la prueba PCR -preceptiva para todos los reclusos-, además de los correspondientes cacheos.
En los próximos días será evaluado por los técnicos que deben proponer su clasificación penitenciaria, para lo que la junta de tratamiento de la cárcel dispone de dos meses de plazo como máximo.
Aunque lo habitual es que los reclusos que no sean considerados peligrosos sean clasificados inicialmente en segundo grado, a la espera de posteriores progresiones, nada impide que Hasel pueda acceder directamente a la semilibertad, lo que le permitiría salir de la cárcel a diario y solo regresar a dormir, de lunes a jueves.
Los Mossos d’Esquadra han detenido a primera hora de esta mañana a Hasel en el edificio del rectorado de la Universidad de Lleida, donde este lunes se encerró junto a un grupo de estudiantes para dificultar su arresto, después de que la Audiencia Nacional rechazara suspender la ejecución de la última condena que se le impuso por enaltecimiento del terrorismo.
La sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia dio a Hasel un plazo de diez días para ingresar voluntariamente en prisión a cumplir su segunda condena por este delito, plazo que finalizó el pasado viernes.
El rapero leridano lanzó un último intento la semana pasada y recurrió esa decisión de la Sala, que este lunes volvió a desestimarlo dado su «historial delictivo» y que sus circunstancias «no denotan la intención» de reparar, «al menos moralmente, el daño causado, sino que, al contrario, persiste en su actitud antisocial».
Sobre el rapero pesan varias condenas: la primera, de 2014, a dos años de cárcel por enaltecer en sus canciones el terrorismo de ETA, los Grapo, Terra Lliure o Al Qaeda, y que la Audiencia Nacional dejó en suspenso; y la segunda, de nueve meses de prisión por el mismo delito y otro de injurias a la monarquía y a las fuerzas de seguridad.
Además, en 2017 fue condenado por un delito de resistencia o desobediencia a la autoridad, y en 2018 por allanamiento de local, sentencias que todavía no son firmes.