Greenpeace desafía a las alturas para pedir el fin de los combustibles fósiles

Una activista cruza el cielo de Madrid para pedir medidas urgentes ante la crisis climática en el inicio de la Cumbre del Clima

A pocas horas del inicio de la COP30 en Brasil, una activista de Greenpeace caminó por una cuerda floja sobre el centro de Madrid. Lo hizo junto a una pancarta gigante con el lema “El planeta, en la cuerda floja”. La organización busca presionar a los gobiernos para que pongan fin a los combustibles fósiles y detengan la deforestación antes de 2030.

Una activista de Greenpeace camina por una cuerda floja sobre el centro de Madrid para exigir fin de los combustibles fósiles
Una activista de Greenpeace camina por una cuerda floja sobre el centro de Madrid para exigir fin de los combustibles fósiles | Greenpeace

“Tenemos las herramientas para evitar los peores escenarios, pero falta voluntad política”, afirmó Eva Saldaña, directora ejecutiva de Greenpeace España-Portugal. Subrayó que la COP30 es una oportunidad clave para actuar con valentía y priorizar la vida por encima de los intereses económicos.

Una cumbre crucial

La 30ª Conferencia de las Partes (COP30) se celebra desde hoy hasta el 21 de noviembre en Belém, corazón de la Amazonía brasileña. Para Greenpeace, llega en un momento crítico para la acción climática mundial, diez años después del Acuerdo de París, que buscaba limitar el calentamiento global a 1,5 ºC.

Una activista de Greenpeace camina por una cuerda floja sobre el centro de Madrid para exigir fin de los combustibles fósiles
Una activista de Greenpeace camina por una cuerda floja sobre el centro de Madrid para exigir fin de los combustibles fósiles | Greenpeace

Greenpeace asegura que el desafío es mayor que nunca: las temperaturas medias globales superaron ese límite en 2024, una señal de que la crisis climática se acelera. Los países presentarán ahora sus nuevos objetivos climáticos para 2035, que definirán el rumbo de la próxima década.

Justicia climática

En 2024, la Corte Internacional de Justicia emitió una resolución histórica que obliga a los Estados a actuar frente a la crisis climática. El tribunal advirtió que la expansión de los combustibles fósiles amenaza los derechos humanos y reafirmó el límite de 1,5 °C como meta irrenunciable.

Una activista de Greenpeace camina por una cuerda floja sobre el centro de Madrid para exigir fin de los combustibles fósiles
Una activista de Greenpeace camina por una cuerda floja sobre el centro de Madrid para exigir fin de los combustibles fósiles | Greenpeace

Los líderes deben actuar ya, alertan científicos y organizaciones. Incluso si los países cumplieran sus compromisos actuales, el calentamiento superaría los 2,3 ºC, un escenario peligroso para la estabilidad del planeta.

Un plan global de acción climática

“El Gobierno español debe liderar una postura ambiciosa que no ceda ante el retardismo europeo ni ante el negacionismo de líderes como Donald Trump”, señaló Pedro Zorrilla Miras, delegado de Greenpeace en la COP30. Recordó que España debe reducir sus emisiones tres veces más rápido que en el último lustro.

Una activista de Greenpeace camina por una cuerda floja sobre el centro de Madrid para exigir fin de los combustibles fósiles
Una activista de Greenpeace camina por una cuerda floja sobre el centro de Madrid para exigir fin de los combustibles fósiles | Greenpeace

Entre las principales demandas de Greenpeace destaca un plan global para cerrar la brecha de ambición entre lo que los gobiernos hacen y lo que deberían hacer para mantener el límite de 1,5 ºC. También piden un nuevo Plan de Acción por los Bosques, con metas claras para detener la deforestación antes de 2030.

Otra propuesta clave es crear un punto permanente en la agenda de la COP para aumentar la financiación pública internacional y aplicar el principio de “quien contamina paga”. El objetivo: ayudar a los países del Sur global a enfrentar la crisis climática.

Una cumbre en un contexto de desigualdad

La organización ecologista advierte de que la COP30 se celebra en un contexto de desigualdad creciente que afecta a las poblaciones más vulnerables. Belém se convierte así en un símbolo de esperanza para reforzar la cooperación internacional y revitalizar el multilateralismo.

Por primera vez en años, la cumbre incluye una Cumbre de los Pueblos, donde activistas, comunidades indígenas y movimientos sociales exigirán justicia climática y un futuro más seguro y equitativo.

“Quienes más se benefician de esta crisis deben pagar”, concluyó Zorrilla Miras. “La COP30 debe demostrar que la cooperación internacional puede vencer al miedo y a los intereses de los grandes contaminadores. Hoy empieza una cita decisiva para el planeta.”

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