El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, se enfrenta a la censura en medio de las crecientes críticas por el caso Partygate
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, será sometido este lunes a una moción de censura interna. Es así después de que el Partido Conservador haya recibido el número de peticiones necesarias para poner en marcha este procedimiento. Todo en medio de las crecientes críticas contra él por el conocido como ‘Partygate‘.
El presidente del Comité 1922, Graham Brady, ha señalado en un comunicado que «el umbral del 15 por ciento de los parlamentarios del partido que piden una moción de censura contra el líder del Partido Conservador ha sido superado«.
«De acuerdo con las normas, se celebrará una votación entre las 18.00 y las 20.00 horas (hora local) de hoy, lunes 6 de junio, con los detalles aún por confirmar», ha dicho. Ha agregado que «los votos se contarán inmediatamente después».
Inmediatamente después, ha señalado en declaraciones a la prensa que notificó este hecho a Johnson durante la jornada del domingo,. Ha añadido que varios ‘tories’ «pidieron específicamente que no se celebrara antes de que terminaran las celebraciones» por el ‘Jubileo de Platino’ de la reina Isabel II, según ha informado la cadena de televisión BBC.
Requerimiento de los parlamentarios `tories´
Las reglas del Partido Conservador estipulan que este mecanismo puede activarse si el 15 por ciento de los parlamentarios ‘tories’ así lo requieren. Cifra que en la actualidad asciende a 54, dado que el partido cuenta con 360 diputados. El exministro Jesse Norman ha sido el último en confirmar que se ha sumado a las peticiones.
La votación será secreta y Johnson tendrá que obtener una mayoría simple para poder superar la moción de censura. En caso de que la pierda, se abrirá una nueva carrera para elegir al nuevo líder del partido. Un proceso del que el primer ministro quedaría excluido.
El propio Johnson afirmó la semana pasada que no sería «responsable» dimitir por el escándalo sobre las fiestas en Downing Street durante la pandemia del coronavirus. Argumentó que se mantiene en el cargo por la «gran agenda» política con la que tiene que cumplir y las «grandes presiones económicas», entre ellas, las derivadas de la guerra en Ucrania.