El artista grancanario Antonio Padrón, nacido en Gáldar en 1920 y considerado por la crítica como «el último indigenista», protagonizó solamente tres exposiciones individuales en sus 48 años de vida, y tampoco ha habido muchas más tras su fallecimiento en 1968
Dos de esas exposiciones fueron en Tenerife, en 1973 y en 1976, y casi medio siglo después, la Fundación Cristino de Vera-Espacio Cultural CajaCanarias acoge desde este martes en su sede de la Calle San Agustín 18 de La Laguna, hasta el 3 de julio, la exposición «Antonio Padrón. Una visión de lo cotidiano».
Reúne veinte obras -pinturas y esculturas- realizadas entre 1954 y 1968 de este artista que adaptó el expresionismo, el cubismo y el fauvismo para reflejar desde su peculiar estilo la vida rural y el indigenismo de su tierra natal.
Antonio Padrón era «honesto, íntegro, reflexivo y austero», ha explicado Christian Perazzone, comisario de la exposición.
Además, huía del «ajetreo», ha relatado Mara Caballero, directora de la Casa-Museo Antonio Padrón, de ahí sus reticencias a las exposiciones individuales, que consideraba como «un acto de exhibicionismo».
Su obra regresa a Tenerife 47 años después
Por eso, esta exposición, según Mara Caballero, puede considerarse como «histórica»: no solo por el regreso de la obra del artista a Tenerife 47 años después de la última muestra, celebrada en 1976 en el Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz, sino también porque aquella fue la última exposición individual fuera de su isla.
En el acto de presentación de esta muestra, su familiar María Dolores Ramírez aprovechó para hacer una semblanza del artista, siempre unido a lo cercano.
«No es una retrospectiva del artista, no es una exposición antológica, no es una muestra de su trayectoria», aunque hay un organización cronológica en la presentación de los cuadros.
Eso permite seguir la evolución estilística de Padrón, su síntesis pictórica de las tradiciones canarias, el indigenismo y la cultura insular, su descomposición y recomposición de las escenas de lo cotidiano, explicó Perazzone.
«Es uno de los artistas más emblemáticos de las islas»
La crítica siempre lo ha definido como un artista expresionista marcado por el indigenismo, con recuerdos del cubismo y sin perder de vista el color como elemento expresivo, prosiguió el comisario.
«Es un artista de su entorno, de su pueblo y de su gente, también del mundo prehispano», sintetiza la Canarias rural con un cromatismo equilibrado y natural, uno de los artistas más emblemáticos de las islas, aunque murió demasiado joven, rememoró Perazzone.
Óliver González, director general de la Fundación CajaCanarias, elogió la obra del artista que eligió «los caminos menos transitados» y que alimentó su trabajo «enigmático y emblemático» con sus propias vivencias en el norte de Gran Canaria.
Con esta muestra, se rinde homenaje a un creador cuya trayectoria vital y artística se encuentra íntimamente ligada a Canarias, a la tierra y a su gente, al entorno doméstico, las actividades económicas, al folclore y a las costumbres.
La exposición estará complementada con un programa de actividades paralelas destinadas a todos los públicos, como conferencias, visitas talleres para escolares, visitas comentadas para el público general y talleres familiares.