La recuperación sostenible del continente africano tras la pandemia de la covid-19, que dejó a 29 millones de habitantes en situación de pobreza extrema, pasa por fortalecer las cadenas de valor regionales y su industrialización
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) cree que la recuperación sostenible de África tras la covid-19, por la que sumó 29 millones de habitantes en pobreza extrema y otros 46 millones en inseguridad alimentaria, pasa por fortalecer sus cadenas de valor regionales y su industrialización. Medidas que reducirán su gran vulnerabilidad a choques externos, por la que tiene que importar, por ejemplo, el 90% de sus necesidades farmacéuticas.
Así lo ha expuesto este jueves en Casa África el director adjunto del Centro de Desarrollo de la OCDE, Federico Bonaglia, al presentar la cuarta edición del informe que este organismo internacional y la Unión Africana realizan sobre las dinámicas de desarrollo en África, titulado este año «Cadenas de valor regionales para una recuperación sostenible».
Bonaglia ha destacado que en solo dos décadas, África será el continente más poblado y más joven del mundo, en tanto que este año será el que registre, tras Asia, el segundo mayor crecimiento económico, del 3,9%, por delante incluso de América Latina.
Crecimiento insuficiente
Sin embargo, ha advertido de que el crecimiento del PIB africano no será suficiente para crear empleos de calidad y reducir los impactos negativos de la crisis de la covid-19, que ahondó su crisis alimentaria y la escalada de precios de las materias primas.
Por ello, la OCDE considera fundamental que los países africanos aprovechen la enorme oportunidad que supone, a su juicio, para ellos la Zona de Libre Comercio Continental Africana, creada en 2021, para «invertir en la creación de cadenas de valor regionales».
Para ello, Bonaglia ha recalcado que hay que aprender de errores del pasado, de forma que en adelante las iniciativas empresariales que se planteen para el continente tengan en cuenta la realidad del sector privado africano.
Ha abogado, por otra parte, por reducir los altos costes del comercio, para lo que la OCDE propone invertir en un sistema de armonización para testar la calidad de los productos, lo que reducirá a medio día los 35 que normalmente se demoran los trámites en aduanas, como se ha demostrado en el este del continente, además de aprovechar la digitalización para facilitar el acceso de pymes a mercados de otros países.
Políticas públicas de recuperación estratégicas
El informe, que este viernes se presentará en Madrid, también analiza el papel que pueden jugar las políticas públicas en la recuperación económica africana a partir, por ejemplo, de compras públicas, que podrían ser utilizadas de forma estratégica para fortalecer el desarrollo de las pymes, incluso a nivel regional.
Bonaglia ha subrayado que cada año 29 millones de jóvenes de africanos ingresan en el mercado laboral del continente, aunque muy pocos logran un empleo, muchos menos, un 8 %, uno de calidad. Una situación que tiene que ver con carencias del sistema educativo y también con el papel de las empresas, ya que menos de un tercio de África ofrecen oportunidades de formación profesional a sus empleados, ha dicho.
El representante de la OCDE ha aludido a los «estereotipos» que, en ocasiones, existen sobre los riesgos de invertir en África, una cuestión por la que este organismo internacional y la Unión Africana han acordado constituir un observatorio «que ayude a medir de manera precisa las oportunidades y los riesgos y ofrezca una percepción más realista» de la situación de cada país, ha anunciado.