En lo que va de año la pesca furtiva en la provincia cae un 20% gracias a la labor de vigilancia y control de la Guardia Civil en las costas
La Comandancia de la Guardia Civil de Las Palmas ha disminuido un 20% las infracciones administrativas por pesca furtiva en la provincia durante este año 2023, según ha informado la Benemérita, que agrega que esto se ha producido debido al aumento de las vigilancias y control de las costas por unidades terrestres, marítimas y aéreas.
La pesca en Canarias está vinculada a una actividad socio-económica que ha evolucionado desde la entrada en vigor de la Ley de Pesca de Canarias (17/2003, de 10 de abril) y su Reglamento. A partir de ese momento, la reglamentación se ordenó de manera más exhaustiva y consecuente con la normativa de aplicación en el Estado y la UE.
La Guardia Civil trabaja de forma coordinada con otras administraciones para el control preventivo de la pesca ilegal y en materia de seguridad alimentaria enmarcadas en el cumplimiento de la legislación en materia de pesca regional, estatal y de la Unión Europea para el mantenimiento y conservación de los recursos marinos y la protección de los consumidores.
Según explica la Guardia Civil, hoy día sigue existiendo pesca ilegal y los agentes de la Guardia Civil en Canarias participan en el control de la pesca furtiva de forma activa a través de todas sus unidades, principalmente con las especialidades de Servicio Fiscal, Servicio Marítimo y SEPRONA.
Problemática de la pesca furtiva
La Guardia Civil detecta en la provincia dos grandes problemas relacionados con la pesca furtiva, una son todas aquellas acciones que suponen un riesgo para la conservación de especies tanto las de interés pesquero, como aquellas especies protegidas como el angelote y guelde.
Estas especies requieren de planes y estrategias de conservación y protección para así tener una pesca sostenible y, por ello, las capturas deben respetar los cupos establecidos y las tallas/pesos mínimos según especie, asegurando con cierta solvencia la continuidad de los recursos pesqueros y su explotación controlada.
Por otro lado, la falta de control que ponga en riesgo la salud de los consumidores, por la falta de trazabilidad con sus riesgos de intoxicación por capturas en lugares prohibidos y falta de medidas sanitarias en la cadena de conservación.
Además, la pesca furtiva de especies concretas que pueden estar intoxicadas por ser capturadas en zonas con riesgo de contaminación y que entran en la circulación de pescaderías, restaurantes, bares y otros, ponen en grave riesgo al consumidor final, especialmente por consumo de moluscos y mariscos con biotoxinas, producidas por las algas, teniendo consecuencias graves como diarreica , amnésica, neurotóxica estas tres por moluscos y la ciguatérica (pescado).