La nueva normativa de protección animal considera que los guacamayos Chicho y Yaiza requieren de un hábitat más adecuado
Procurar el bienestar animal y dar cumplimiento a la ley. Esta es la principal justificación que motiva la decisión de la dirección de la Casa de Colón, en coordinación con el Servicio de Museos del Cabildo de Gran Canaria. Han solicitado al parque zoológico y jardín botánico Palmitos Park, en el sur de Gran Canaria, el acogimiento conjunto de Chicho y Yaiza, dos ejemplares de guacamayo que vivían en el museo.
Segun informa el Cabildo, el traslado de los dos guacamayos se llevó a cabo en la mañana de este martes, día 23 de abril, después de cumplimentar todos los trámites y procedimientos que requería una actuación de este tipo.
Los ejemplares, un macho de la especie ‘Ara chloroptera’ y una hembra ‘Ara ararauna’, han disfrutado de las atenciones requeridas para su cuidado. Sin embargo, como explica la nueva directora del museo, Carmen Gloria Rodríguez Santana, “su existencia sería considerablemente mejorable en un hábitat más adecuado, un lugar más idóneo que aúne las condiciones óptimas para la vida de estas dos aves”.
Quieren que estén en un entorno más favorable
En el caso del macho, con número de microchip, que cariñosamente es conocido como Chicho, fue donado por la Consejería de Turismo del Cabildo de Tenerife en el verano de 1996. La recepción de la hembra ‘Ara ararauna’, a la que se conoce como Yaiza, se gestionó a través del Patronato de Turismo de Gran Canaria. El traslado de este ejemplar se llevó a cabo precisamente desde Palmitos Park a la Casa de Colón en el año 2001.
La dirección de la Casa de Colón incide en el hecho de que “se han intentado ofrecer en este equipamiento museístico las mejores de las condiciones para el desarrollo de la vida a estos dos animales». Ahora, se les traslada «a un entorno más favorable donde disfrutar lo que les reste de vida en compañía de otras aves de su especie”.
Su traslado obedece a la nueva normativa de protección animal
El equipo de responsables museísticos explica que la entrada en vigor de la Ley 7/2023, de 28 de marzo, de protección de los derechos y el bienestar de los animales, “también nos conciencia sobre la necesidad de procurar lo mejor a estas aves. Es reflejo del cambio de mentalidad que ya comparte de forma mayoritaria la sociedad”, asegura la directora de la Casa de Colón.
La última ocasión en la que los dos ejemplares se vieron obligados a salir de la Casa de Colón fue hace cuatros años. Entonces fueron trasladados a un centro veterinario de la zona de Tafira, al ser sometido el museo a un intenso proceso de higienización en la que se emplearon agresivos productos desinfectantes y soluciones químicas en las tareas de nebulización que llevó a cabo una empresa especializada, tras detectarse, en agosto de 2020, un caso de positivo por covid-19 en una trabajadora.