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29 marzo 2024 12:41 pm

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Los nidos artificiales de charranes multiplican por diez el número de ejemplares

Una treintena de charranes, aves en peligro de extinción, vive en el Puerto de La Luz en Las Palmas gracias a una iniciativa de protección y conservación de la especie

Informa: Beatriz G. Cabrera/ Juan Nemesio

Una iniciativa desarrollada en el Puerto de la Luz en Las Palmas de Gran Canaria pretende proteger a los charranes. El charrán, conocido también como golondrina de mar, es un ave en peligro de extinción debido a la actividad humana. Esta iniciativa, que comenzó hace ocho años, se basa en crear nidos artificiales. Hasta ahora ha conseguido multiplicar por diez los ejemplares.

Se trata de la mayor colonia de charranes de la isla. De las nueve parejas que se encuentran en el Puerto de La Luz, ahora en época de cría, nacerán 50 pollos que en tres años, tras su paso por África, volverán a la ciudad para anidar, en plena actividad industrial y portuaria.

Para ellos, es el lugar perfecto para la supervivencia de la especie, según Pascual Calabuig, veterinario del Centro de Recuperación del Cabildo de Gran Canaria. «Hay una de agua magnífica y hay muchos peces», dice. El charrán, continúa, «es una especie que en el resto del archipiélago está al borde de extinguirse«.

Asegura que «en algunas islas apenas quedan un par de parejas». Sin embargo, «aquí, en la propia ciudad de Las Palmas tenemos este privilegio«. Un privilegio que aprovechan ornitólogos y fotógrafos.

El charrán es una especie muy violenta que ataca a los humanos si se siente amenazada, por lo que, durante su cría en tierra, la convivencia no era óptima. La solución, que les permite, además, evitar depredadores como ratas, son unas plataformas flotantes que están vigiladas 24 horas al día.

Luis Ibarra, presidente de la Autoridad Portuaria, explica que esta solución conlleva un «proceso complicado». Se trata de «pantalanes flotantes con pesos muertos anclados en el interior», por lo que «es necesario el trabajo de buzos y remolcadores».

En total hay tres tarimas en la bahía portuaria, donde viven treinta parejas, lo cual supone diez veces más que en 2013, año en el que empezó el proyecto.

Los nidos artificiales de charranes multiplican por diez el número de ejemplares

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