Médicos Sin Fronteras denuncia que la solicitud de evacuar los tres principales hospitales de la región agravará aún más la situación
Las órdenes israelíes de evacuación, emitidas el 7 de octubre, obligan a miles a huir del norte de Gaza. Los ataques aéreos y la ofensiva terrestre aumentan la desesperación de la población.
Residentes de Beit Hanún, Yabalia y Beit Lahia se enfrentan a un desplazamiento masivo. Las autoridades israelíes los instan a trasladarse a una zona humanitaria entre Al Mawasi y Deir al Balah. Esta área, ya abarrotada, alberga a un millón de personas en condiciones inhumanas. Además, la inseguridad prevalece para civiles y trabajadores humanitarios debido a los ataques continuos.
El norte de Gaza se convierte en un páramo inhabitable. Las evacuaciones forzadas y los bombardeos han vaciado de vida esta región. Desde el 1 de octubre, no se permiten suministros humanitarios en el área, agravando la crisis.
Médicos Sin Fronteras alerta de lo crítico de la situación
Médicos Sin Fronteras (MSF) exige que cesen las órdenes de evacuación. La organización pide que se protejan a los civiles y que se permita el ingreso de ayuda humanitaria. La situación es crítica y los residentes requieren asistencia inmediata.
Mahmoud, un vigilante de MSF, cuenta su experiencia. «Dejamos nuestra casa bajo las bombas. Preferiría morir antes que desplazarme al sur», dice con angustia. Su hogar está en el norte y no quiere abandonar su vida.
Las fuerzas israelíes también han ordenado la evacuación de tres hospitales clave en el norte de Gaza: Indonesio, Kamal Adwan y Al Awda. Estas instalaciones operan con capacidad mínima, atendiendo a 317 pacientes, de los cuales 80 se encuentran en cuidados intensivos. Es esencial proteger estos hospitales.
La clínica de MSF en la ciudad de Gaza reportó 255 pacientes en dos días. Las opciones de atención médica disminuyen rápidamente. Algunos heridos no logran acceder a cuidados y mueren sin atención.
Siete miembros del personal de MSF se han refugiado en Gaza, mientras que cinco permanecen atrapados en Jabalia. Allí, las fuerzas israelíes continúan sus ataques.
Sarah Vuylsteke, coordinadora de proyectos de MSF en Gaza, critica las órdenes de evacuación. «La medida está convirtiendo el norte en un desierto sin vida. Ya es suficiente, esto debe terminar ahora», afirma.
La situación en el sur también es alarmante. Más de un millón de personas viven en condiciones deplorables. El acceso al agua y atención sanitaria escasean, lo que hace imposible que más personas se trasladen a esta área.
Las autoridades israelíes anunciaron una mínima ampliación de la zona humanitaria. Sin embargo, esta sigue siendo insegura y sujeta a evacuaciones. Las enfermedades cutáneas y respiratorias proliferan debido a las malas condiciones. La llegada del invierno añade una preocupación más a la crisis.