El niño de 3º ESO se desplomó en mitad de la clase debido a una parada cardíaca. Los docentes actuaron con rapidez y utilizaron un desfibrilador para ayudar al pequeño
En casi 50 años de historia, el Colegio Ramiro de Maeztu, en La Laguna, Tenerife, no se había enfrentado a un caso similar. Uno de sus alumnos, de 3º ESO, sufrió una parada cardíaca, y logró sobrevivir gracias a un desfibrilador que habían comprado tan solo un mes antes.
Además, hacía muy poco que los docentes habían recibido la formación para la utilización del aparato. Cuando el alumno se desplomó, se activó el protocolo y se llamó al 112; no obstante, los profesores actuaron con rapidez para salvar la vida del niño.
«Cada profesor tenía activada su función, uno hacía la RCP, otro las insuflaciones, otros manejaban el aparato y estaban al teléfono con el 112… Hay que verse en la situación, por mucha formación, mantener la calma es muy importante«, asegura Isaac Tejera Díaz, director Colegio Ramiro de Maeztu.
Casos como este plantean la necesidad de contar en los centros educativos con un desfibrilador y con una enfermera escolar que atienda los casos de urgencia.»Sería necesario que todos los centros tuvieran una enfermera porque no dejamos de ser maestros, y el enfermero daría un apoyo y tranquilidad a la familia y el personal», añade Tejera.
Muchos colegios imparten en edades tempranas cómo hacer la RCP, la reanimación cardiopulmonar, ya que resulta vital que los niños sepan reaccionar. El alumno, 14 años, está vivo, dijeron los médicos, gracias a las maniobras que le practicaron los docentes, y evoluciona de forma favorable.
