La Guardia Civil continúa con la búsqueda de nuevas pistas para dar con el paradero de las niñas Olivia y Anna que desaparecieron hace tres semanas junto a su padre. Las investigaciones se centran hoy en la lancha y en el coche de Tomás Gimeno, padre de las pequeñas
Dos perros adiestrados en la búsqueda de restos biológicos serán utilizados hoy para inspeccionar el vehículo y la embarcación.
Los agentes ya han registrado la vivienda de Tomás Gimeno hasta en cinco ocasiones. Allí, supuestamente, estuvo con sus dos hijas apenas hora y media antes de que las cámaras de seguridad de la Marina de Tenerife, en el puerto de Santa Cruz, lo grabaran entrando solo con su coche en estas instalaciones.
Un vigilante de seguridad lo vio descargar en su embarcación varias maletas y bolsas. Tras una primera incursión en el mar, la Guardia Civil lo propuso para sanción por infringir el toque de queda, fijado en Tenerife a las 23.00 horas. En su momento, en la inspección de la lancha no vio nada sospechoso. Sin embargo, todavía no se había producido la denuncia de la madre de la desaparición de las niñas.
Después de ese momento Tomás Gimeno se hizo otra vez a la mar y se le perdió el rastro hasta hoy. Su embarcación fue localizada horas más tarde, vacía y a la deriva, frente al Puertito de Güímar.
En esa embarcación la Guardia Civil halló en un primer registro restos de sangre, que resultaron ser del padre, y se percató de que no llevaba ancla.
En el lugar en el que fue hallada la lancha, vacía y a la deriva, los equipos de rescate localizaron flotando en el agua una silla de retención infantil.
La Guardia Civil está a la espera de autorización judicial para incorporar a las labores de búsqueda un sonar y un robot submarino cedidos por el Instituto Español de Oceanografía.
Pendiente de la evolución de las investigaciones está la madre de Anna y Olivia, que ha divulgado un nuevo escrito a través de las redes sociales en el que afirma que ya no tiene «fuerzas» y que la espera y la incertidumbre son una «tortura».
Beatriz Z. señala en ese escrito que también ella quiere «desaparecer» y que no le «salen casi las palabras», pero así y todo llama a no «rendirse» y a seguir compartiendo las imágenes de sus niñas «por todo el mundo».