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26 abril 2024 1:11 pm

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Segunda sesión del juicio sobre la presunta violación grupal a una menor en 2020 en Tenerife

Los psicólogos analizan este miércoles el testimonio de la menor en relación a los hechos que ocurrieron durante la celebración de los Carnavales 2020

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Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife

Los psicólogos que este miércoles han intervenido en la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Tenerife por una presunta violación grupal a una menor, indicaron que los relatos que ha hecho la víctima son “probablemente creíbles” pero también han advertido que incurre en “numerosas” contradicciones.

Los hechos tuvieron lugar durante los carnavales de Santa Cruz de Tenerife en 2020, cuando la joven aceptó ir con dos chicos y otro menor a una casa de Miramar donde asegura que fue víctima de una agresión sexual.

Los psicólogos han apuntado que la joven ha sufrido diversas situaciones de abuso, violaciones, abortos, consumo de drogas y problemas familiares, por lo que resulta “muy difícil” confirmar que las secuelas que padece deriven de lo ocurrido en los carnavales, sino que más bien supone una continuación de todo lo que ha vivido.

De ahí que el relato de lo que tuvo lugar aquella noche no sea “del todo creíble ya que tiende a malinterpretar las situaciones”, y más cuando estaba sola con tres jóvenes a los que acusa de haberla hostigado para que mantener relaciones sexuales.

Desde su infancia la joven ha presentado situaciones de riesgo

La chica presenta rasgos de desprotección, carácter violento, imposibilidad de ser controlada por su madre, drogas, fugas de su casa, abortos o incapacidad de hacer un uso correcto de las redes sociales.

En definitiva, desde su infancia se ha encontrado en una situación de riesgo, lo que se ha plasmado especialmente en las relaciones sexuales que comenzó a los 11 años.

Desde entonces ha sufrido abusos por parte de un amigo de la familia, otra violación grupal con grabación de video incluida, una relación con un trabajador mucho mayor que ella del centro de menores en el que estuvo, y lo ocurrido en los carnavales.

Su perfil es el de una joven que busca un patrón de relaciones inapropiado llegando a mantener varias a la vez, presenta miedo al rechazo, búsqueda de nuevas sensaciones, carencias afectivas y es víctima de maltratos y abusos, lo que ha hecho que haya desarrollado un sistemas psicosexual sobrestimado que deriva en que malinterprete las relaciones.

Uno de los acusados dijo que mantuvieron relaciones sexuales consentidas

A la hora de analizar aquella noche de carnavales, los peritos indican que la joven tenía capacidad para negarse pero que una característica de su personalidad es que “cuando se ve vulnerable no es capaz de decir que no”.

Su experiencia en materia de sexo es “muy superior” a la media de las jóvenes de su edad y de hecho el caso concreto de lo ocurrido en aquellas fiestas lo relató como un episodio más de abuso que para los peritos no ha tenido una influencia significativa en su conducta.

“No se puede decir que sea la razón única y exclusiva·que la ha llevado a ser tratada por psicológos y psiquiatras. Es otro episodio más junto con las demás agresiones, un aborto, relaciones fallidas… es muy complicado decir que uno haya influido más que otro”, han agregado.

Uno de los acusados dijo que mantuvieron relaciones sexuales consentidas, lo que, señala, la denunciante admitió, aunque se mostró molesta por la supuesta grabación de un video que en realidad no se sabe si existió.

Todos los acusados coinciden en que la joven dijera que se quería marchar

En su declaración, el joven dijo que todo transcurrió de una forma natural, que ella nunca se negó pero no le gustó que sus otros dos amigos intentaran entrar en la habitación.

Todos coinciden en que en ningún momento llegó a decir que se quería marchar, que estuviera incómoda o pidiera ayuda.

“No creo que yo haya hecho algo malo, todo fue normal, no entiendo lo que ha pasado”, ha afirmado en relación a la denuncia presentada seis meses después.

El otro acusado ha dicho que desconocía que era menor, negó haber mantenido ningún tipo de relación con ella porque, además, es prima suya y asegura que entró en el cuarto para decir que se quería ir.

Luego contó a su hermana lo ocurrido y ésta se inventó que había un vídeo y se lo dijo a la madre de la víctima con el fin de conseguir que la denunciante explicara lo que había pasado.

Ha asegurado que todo lo hizo para que la familia supiera dónde se encontraba la chica ya que en aquellos momentos se había fugado de la casa y ha afirmado que tampoco escuchó ningún grito, ni amenazas, ni que pidiera ayuda. “Todo fue consentido”, dijo.

La Fiscalía mantiene la petición de 10 años de cárcel

La Fiscalía mantiene su petición de 10 años de cárcel pero dado que ha entrado en vigor la ley del “sólo si es sí” la calificación podrá bajar en un año y un máximo de doce por lo que lamentó que no sea posible encontrar penas intermedias para este tipo de delitos.

El Ministerio Público sostiene que presionaron a la joven, quien no pudo actuar libremente y su capacidad de consentir estaba mermada.

Las abogadas de los dos acusados mantuvieron su petición de absolución.

La defensa de uno de ellos ha reiterado que las relaciones fueron de mutuo acuerdo que nunca se llegó a grabar nada y que precisamente presentó la denuncia para saber si existía el video.

En cuanto al segundo acusado, la abogada pidió para él la misma absolución que para el que quedó absuelto en la jurisdicción de menores ya que las acusaciones son idénticas.

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