El buque oceanográfico Ángeles Alvariño continúa la búsqueda en la zona donde el jueves fue hallado el cadáver de una menor, que podría corresponder al de la niña Olivia, sin que por ahora se haya encontrado rastro ni de su hermana pequeña, Anna, ni de su padre, Tomás
Fuentes de la Guardia Civil han expresado la consternación que el hallazgo del cuerpo de la niña ha producido en la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Santa Cruz de Tenerife, que desde hace 40 días busca «de forma incansable» a las dos menores y a su padre. Además, las fuentes indican que la coordinación con el buque oceanográfico ha sido determinante y decisiva para esclarecer los hechos.
El Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes se ha puesto a disposición de las familias materna y paterna de las niñas desaparecidas en Tenerife para tratar de minimizar en lo posible el impacto recibido.
Fuentes de la investigación han indicado a Efe que en los varios registros que se realizaron en la casa de Tomás G. no se encontraron ni ansiolíticos ni otro tipo de fármacos y productos tóxicos perjudiciales para su salud o la de sus hijas Anna y Olivia, con las que desapareció el pasado 27 de abril.
Sí han confirmado que solo se encontraron analgésicos que Tomás tomaría porque se había roto unas costillas un par de meses antes de que se llevara a sus hijas Anna y Olivia.
El Colegio Alemán, de luto por la muerte de su alumna Olivia
El Colegio Alemán de Santa Cruz de Tenerife está de luto y guardará este viernes un minuto de silencio por el fallecimiento de Olivia
Olivia está en «nuestros corazones» y toda la comunidad escolar del Colegio Alemán de Santa Cruz de Tenerife está de luto por su fallecimiento.
«Nuestros pensamientos están, de todo corazón, con la niña, su madre y sus seres queridos, y ante esta dolorosa pérdida queremos expresar nuestro más sentido pésame», añade el colegio, que ofrecerá a los alumnos la posibilidad de expresar durante los próximos días sus emociones y su tristeza.
Más de un mes de angustia y desesperación
A Tomás le tocaba pasar la tarde del martes 27 de abril con sus hijas. A las nueve tenía que dejarlas de nuevo con su madre, pero no lo hizo. Las cámaras de seguridad del puerto de la Marina, captaron a Tomás esa misma noche haciendo diversos viajes a su embarcación llevando varias bolsas. Gimeno zarpa y dos horas más tarde regresa a puerto, con la intención de cargar su teléfono móvil, acude a una gasolinera compra un cargador y regresa a las instalaciones para volver al mar. La última vez que se le vio con vida.