Continúa el juicio para esclarecer la muerte de Samuel Luiz. En la sesión de este miércoles varias personas ajenas al caso escucharon amenazas de los agresores hacia el joven
Un testigo presencial del crimen de Samuel Luiz escuchó amenazas aquella noche: «Le voy a pegar una puñalada en el corazón, que no tengo nada que perder», dijo uno de los agresores, supuestamente Diego Montaña.
La sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña celebró una nueva sesión del proceso contra los cinco acusado por la muerte de Samuel Luiz el 3 de julio de 2021, en el que la Fiscalía pide penas de entre 22 y 27 años de prisión.
Uno de los testigos ajenos a los hechos contó este miércoles que vio a mucha gente y escuchó gritos, por lo que se acercó a la agresión, que ya había estallado y una mujer del entorno de la víctima clamaba «le quieren pegar a mi amigo, ayuda».
«Al llegar allí, la gente estaba como un poco calmada y vi que llevaban a un chico, que iba caminando, que supuestamente le habían pegado. A unos cinco o diez metros había uno que lo seguía, y estaba sin camiseta. Dijo: ‘le voy a pegar una puñalada en el corazón, que no tengo nada que perder'», ha explicado.
Ese hombre sin camiseta era supuestamente Diego Montaña, el principal acusado, algo que negó su defensa. El testigo también afirmó que vio a una chica que coincide con la descripción de Catherine ‘Katy’ Silva, que entonces era su pareja y también está acusada que intentaba frenarlo, pero «él se zafó».
La fiscalía pide penas de entre 22 y 27 años
En ese momento, a Samuel Luiz «lo protegían» los dos ciudadanos senegaleses, pero los agresores echaron a correr después «detrás e ellos», en un grupo que cree que era de más de seis personas, y lo alcanzaron para agredirlo de nuevo.
Ahí su declaración coincide con la de un testigo de la sesión del martes, que dice que encontró a Samuel Luiz en la carretera, «inconsciente y con sangre», y lo acercó a la acera para evitar atropellos, donde este testigo lo encontró.
«Estaba boca arriba, lo puse de lado porque vi que se estaba ahogando con su sangre, y llegó un señor que dijo que era médico y ya lo dejé con él», ha concluido.