El campeón de trece entorchados jugará en Bérgamo sin titulares imprescindibles que sostienen al equipo como Sergio Ramos, Dani Carvajal, Eden Hazard o Karim Benzema.
El Real Madrid encara el vértigo que provoca acudir a una cita decisiva con nueve bajas, sin parte de la columna vertebral de Zinedine Zidane, de no convertir los octavos de final de la Liga de Campeones de nuevo en barrera infranqueable, tras dos ediciones de decepciones, y el que representa el estilo de juego de un Atalanta vertical y goleador.
Nadie podía imaginar cuando el bombo deparó el enfrentamiento ante el Atalanta unos condicionantes tan perjudiciales para el Real Madrid. Del papel de favorito ha pasado al de víctima por una plaga de bajas sin fin. Competirá en desigualdad de condiciones ante un rival que quiere hacer historia en ‘Champions’ eliminando al rey de Europa.
El campeón de trece entorchados jugará en Bérgamo sin titulares imprescindibles que sostienen al equipo, como Sergio Ramos, Dani Carvajal, Eden Hazard o Karim Benzema. Hasta nueve bajas.
Con solo once jugadores de campo disponibles de la primera plantilla y seis futbolistas del Castilla, la situación invita a Zinedine Zidane a darle una vuelta táctica a su sistema. Debe decidir si aceptar lo que propone el Atalanta, un duelo a intercambio de golpes, o protegerse al sentirse mermado y por su falta de pegada.
El técnico valora la opción de volver a defensa con tres centrales o aumentar a cuatro el número de centrocampistas con la entrada de Isco. No hay jugadores para elegir, pero sí disposiciones tácticas.
Regresar con vida a Madrid
El objetivo es regresar con vida para la vuelta en Madrid, en la que Zidane ya recuperará a varios de sus futbolistas. Antes, llega en el Gewiss Stadium (estadio de Bérgamo) un nuevo récord, el centenario en eliminatorias. El Real Madrid se convertirá en el primer equipo que alcanza los cien partidos en la Liga de Campeones. Sus dos últimos recuerdos son negativos, eliminado en octavos de final.
En el presente asoma un nuevo reto en una temporada de altibajos, al que llega el Real Madrid unido ante la adversidad, reaccionando a un enero negro, en el que perdió dos títulos como la Copa del Rey y la Supercopa de España, con un febrero inmaculado. Resurrección liguera gracias a su pleno de triunfos, una racha de cuatro triunfos y los tres últimos con portería a cero. Con Thibaut Courtois como uno de los pilares sumado a un centro del campo -Casemiro, Toni Kroos y Luka Modric- que sostienen al equipo blanco.
El Atalanta, en buena forma
El Atalanta llega a la cita con el Real Madrid en un gran estado de forma, tras dos victorias consecutivas en la Serie A, una goleada al Nápoles y una prestación sobresaliente de su delantera colombiana formada por Luis Muriel y Duván Zapata.
Sin el argentino Alejandro «Papu» Gómez, traspasado al Sevilla en el último mercado invernal, Muriel y Zapata están liderando a la delantera del equipo de Gian Piero Gasperini, que no dudó en definir la cita con el Real Madrid como «la más prestigiosa» de la historia del equipo de Bérgamo.
Muriel llega con una racha abierta de nueve partidos consecutivos marcando cuando fue titular y dio muestra de todo su talento el último sábado, cuando dio una asistencia y firmó un golazo de pierna zurda en el 4-2 endosado al Nápoles. Forma una delantera explosiva junto a Zapata, quien anotó nueve goles en la Serie A y tres en la Liga de Campeones.
A ellos se suma la fantasía del esloveno Josip Ilicic, un media punta que el año pasado arrolló al Valencia con cinco goles en la eliminatoria de octavos de final de la Copa de Europa.
Si el Real Madrid está lastrado por las bajas, el Atalanta puede contar con toda su plantilla a disposición, excepto el lateral holandés Hans Hateboer, un elemento de enorme importancia en los equilibrios del cuadro italiano, pero que fue sustituido de forma brillante por el danés Joakim Maelhe en las últimas semanas.