El caso de las niñas de Tenerife invoca un término poco conocido: violencia vicaria. Una de las formas más crueles de maltrato hacia las mujeres, donde el agresor utiliza a sus hijos con el único fin de dañar a su expareja.
La violencia vicaria es un término que se acuña hace apenas unos cinco años, pero los casos no son nuevos. José Bretón, en Andalucía, acabó con la vida de sus hijos y sometió a un calvario a su exmujer.
En 2017, David Oubel asesinaba a sus dos pequeñas con una radial.
Y en 2012, en Vecindario, Gran Canaria, un hombre se estrellaba con su hijo asesinado frente a la causa de su exmujer, a la que avisaba para que fuera testigo. Este último se suicidó.
Según los expertos, los hombres que ejercen este tipo de violencia no tienen ningún trastorno mental.