El crimen sucedió el 8 de julio de 2023 y ambos se han declarado culpables ante el jurado
El hombre y la mujer juzgados en la Audiencia de Santa Cruz de Tenerife por el crimen cometido el 8 de julio de 2023 en una vivienda de Costa del Silencio, en Arona, se confesaron culpables de asesinato este miércoles y aceptaron una condena de 17 años de cárcel cada uno.
En la tercera y última sesión del juicio, las defensas de Eugenio R. H. y Diana E. V. G. dieron a conocer al Jurado que habían llegado a un acuerdo con la Fiscalía y con la familia de la víctima, por la que las dos acusaciones rebajan de 20 a 17 años la pena que solicitaba.
Con esta rebaja de la condena, ambos acusados admiten la autoría conjunta del asesinato, del que hasta ahora se venían culpando el uno a la otra y viceversa. Además, ambos aceptan indemnizar con 300.000 euros a los herederos del fallecido.
Acuerdo entre defensa y acusación
El crimen tuvo lugar en julio de 2023, cuando los dos procesados hicieron una encerrona a la víctima en una vivienda de Costa del Silencio después de que este hubiese agredido de forma brutal a la mujer unos días antes.
La condena de conformidad se pactó después de tres días de juicio, cuando las partes se disponían a presentar sus conclusiones finales. Hasta este momento, las defensas insistían en la inocencia de sus representados mientras que el fiscal y la abogada de la familia de la víctima pedían 20 años de cárcel y el pago de 300.000 euros de indemnización.
Entre las principales pruebas que apuntaban a la culpabilidad de ambos estaban los restos de ADN y un audio en el que se escucha como presionan a la víctima para que confiese la agresión a la mujer y luego le anuncian que lo van a matar.
Consumo de alcohol y fdrogas
El acuerdo entre acusaciones y defensas dispone, además, que la hija de la mujer condenada vivirá con su abuela, como ha venido haciendo hasta ahora, y que los dos procesados permanecerán ocho años bajo libertad vigilada tras salir de prisión.
En la primera sesión, ambos se declararon inocentes y culparon al otro de lo ocurrido. A continuación salió a la luz, un día antes del crimen, la intención de la mujer de vengarse, para lo que llegó a preguntar a un conocido las consecuencias legales que tendría matar a alguien.
Los peritos certificaron que en el cuerpo del fallecido se detectó el consumo de grandes cantidades de alcohol hasta llegar al 4,2 gramos por litro de sangre, tres tipos de tranquilizantes distintos y cocaína.
Por esta razón sus capacidades se encontraban «notablemente disminuidas», un estado del que habrían aprovechado los encausados para atacarle y terminar con su vida.


