Esperaba en la puerta de un centro de menores extranjeros no acompañados para contactar con los niños.
Un hombre ha sido condenado a un año y medio de cárcel por corrupción de menores en Tenerife. Los hechos ocurrieron cuando el condenado contactaba con menores no acompañados en la puerta del centro de protección donde residen. Allí atraía su atención con regalos. En el caso de uno de los menores, llegó a subirlo a su coche y tocarlo. El hombre negó los hechos, pero en el juicio se ha considerado probado un delito de corrupción de menores.

Pedía relaciones sexuales a cambio de regalos
Los hechos ocurrieron entre 2023 y 2024. Según relata la sentencia, el condenado, Carlos Francisco, estacionaba por las tardes de forma regular desde el mes de noviembre de 2023 en los alrededores de las
instalaciones del Centro de acogida de inmigrantes menores de edad.
Allí esperaba la salida de menores de edad en régimen de acogida para entablar relación con ellos. En este contexto, contactó con uno de los internos. En la sentencia se detalla que se trata de un niño con los rasgos físicos propios de su edad, por lo que no cabía duda de que se trataba de un menor.
Consiguió ganarse la confianza del mismo mediante la compra de ropa, zapatillas deportivas, invitándole a comer y dándole algún dinero. En una ocasión, y encontrándose el menor sentado en el asiento del copiloto en el vehículo del encausado, Carlos Francisco le acarició el muslo.
Insistía para mantener relaciones
En otra ocasión, continúa la sentencia, el condenado le envió un mensaje al menor reclamándole que saliera del centro para que mantuvieran relaciones sexuales en atención a los regalos que le había efectuado, negándose el menor a ello y manifestando que no era homosexual.
En febrero de 2024, Carlos Francisco mantuvo una conversación por mensajes de móvil con el menor, a quien le había comprado un teléfono móvil, recriminándole que pese a haberle comprado el teléfono móvil , «sólo le quiso para eso». También le enviaba mensajes con emoticonos de corazones y frases como «tengo ganas de verte» o le decía que «le gustaba».
Condena
Por estos hechos probados, Carlos Francisco ha sido condenado a un años y seis meses de prisión y cinco años de libertad vigilada una vez que salga de la cárcel. También se le ha impuesto la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de cualquier profesión, oficio o actividades, sean o no retribuidos, que conlleve contacto regular y directo con menores de edad. Se impone al condenado el abono de la mitad de las costas procesales.
En materia de responsabilidad civil, el acusado deberá indemnizar al menor con 1.000 euros.
