El periodista Martín Mucha describe cómo le narraron los tripulantes del Ángeles Alvariño el momento en el que encontraron a la niña Olivia tras varios días de búsqueda
Los tripulantes del buque oceanográfico Ángeles Alvariño están muy orgullosos del trabajo realizado y aseguran que todo lo que se ha encontrado ha sido fruto de una buena investigación previa y una búsqueda minuciosa.
Un trabajo en equipo que el pasado 10 de junio permitió localizar el cuerpo de la pequeña Olivia a 1.000 metros de profundidad. El periodista Martín Mucha relata que la propia tripulación describe ese momento con un gran dolor: «éramos 25 hombres llorando como niños». Momento en el que verificaron lo que el ojo del robot les mostraba en las profundidades donde presuntamente Tomás Gimeno, el padre de las niñas, nunca quiso que fuera localizada.
El buque oceanográfico realiza una prospección con sonda multihaz con el que, a una velocidad reducida, va realizando varias pasadas sobre un mismo punto, con lo que se gana en resolución. La sonda multihaz permite hacer una cartografía con una batimetría precisa que facilitará el posterior trabajo del robot submarino.